Yoli Contreras: LA VOZ QUE UNE A LOS PRODUCTORES DE EVENTOS

Aunque estudió Diseño de Modas no ejerció esta carrera porque la vida la fue llevando a construir una importante trayectoria como empresaria y productora de eventos, y es una de las mujeres más destacadas en este campo.

Por Fernando Motta / Fotos María Camila Franco Velasco / MakeUp Oscar Serna

Yoli Contreras, ¡bogotana de pura cepa!, se graduó de la Escuela Arturo Tejada Cano. Sin embargo, no imaginó que el destino le tenía reservado otro rumbo, en una profesión distinta a la que estudió. “Se me ocurrió inventar un evento para vender mi ropa, hice los trajes, conseguí las modelos y el día del desfile vendí todo. De ahí salió una propuesta para hacer el fashion del Colegio Americano y dije, pues hagámoslo y empecé a enseñarles pasarela a los chicos. Organicé las prendas que se iban a exhibir y realicé el montaje para la presentación. Han transcurrido 23 años desde entonces y no he parado”.

¿Ha vuelto a realizar desfiles para mostrar sus diseños?

No pude porque después de mi grado comencé a realizar eventos y esa creatividad que aprendí la apliqué en el nuevo escenario de mi trabajo. Para mí el diseño se fue convirtiendo en un hobby y cada año hago los disfraces para los pequeños en sus fiestas del 31 de octubre.

¿Con qué artistas empezó a realizar eventos de espectáculos?

Inicialmente con grupos de vallenato. Se fue dando de manera espontánea, porque no me gustaba ese género musical, sin embargo, en ese entonces apoyé con mi trabajo varios conciertos. Ahí conocí más sobre el tema y los artistas. Después tuve la fortuna de trabajar en varios conciertos de Wilfrido Vargas en La farra del norte y también con algunas bandas de reggae y de rock.

¿Cuáles grupos de rock?

Inicialmente dos bandas australianas que nunca había escuchado, aun así, me fue muy bien. Posteriormente, participé en el concierto de Gloria Gaynor cuando vino a Colombia, me pidieron meseros, manejo de barras… me dijeron: “necesitamos gente de confianza porque van a manejar dinero” y mi respuesta fue “los tengo”. Los llevé y fue el primer evento que dirigí con una artista internacional. También hice “viejotecas” con Los Melódicos, Pacho Galán y Los Hispanos, obviamente no era empresaria en ese tiempo, estaba contratada con personal y algunas veces con logística. En esa época hacíamos espectáculos alternos en Aguapanelas y en La farra del norte con lleno total, desde entonces aprendí el tema de producción y comercialización.

Con el tiempo ya comencé a realizar eventos como empresaria y productora con la Orquesta de Pacho Galán, Los Hispanos, Doctor Krápula, Alerta Kamarada, Kevin Roldán, Rico, Pasabordo, Golpe a golpe, y con los DJ y productores: el español Dani Masi, el alemán Jan Fleck, y el colombobelga Don Camilo, entre otros.

¿Con qué artista ha realizado el mejor espectáculo?

Con Steve Aoki, el DJ de música electrónica número uno a nivel mundial en 2015. Me lo gocé completico, estuve en una parte de la producción y comercialización, me encantan sus producciones musicales, además de ser el boom en ese momento. Verlo en el escenario para mí fue lo máximo, con una puesta en escena espectacular que realizó el empresario y DJ Fuad Duarte.

¿Ha desarrollado eventos de alcance internacional?

En Ecuador lo intenté, pero no ha sido fácil porque hay artistas colombianos que pretendían acaparar muchas cosas. Soy de las que piensa “zapatero a tus zapatos”. Si me contratan –decían– llevo mi infraestructura. ¿Y en la pandemia qué pasó?, se cerró todo como bien sabemos, algunos artistas y productores comenzaron a regalar su trabajo para que los contrataran y eso nos terminó de perjudicar. Con la emergencia sanitaria nos quedamos quietos dos años y a muchos les tocó vender todo. Varias empresas de eventos pretendían ser autosuficientes y aprendieron que no pueden hacerlo todo, como reza el dicho: “el que mucho abarca poco aprieta”. En Colombia tenemos excelentes productores, ingenieros con experiencia, artistas profesionales de muy buena categoría, y quienes pretendieron regalarse o acaparar la poca actividad que había se pegaron una estrellada fuerte, algunos aún no han aprendido la lección que nos trajo la pandemia.

¿Cómo afectó la pandemia su trabajo?

Todos nos quedamos quietos: grandes, medianos y pequeños estuvimos “manicruzados”. La pandemia fue, de cierta manera, buena pues aparte de que aprendimos muchas cosas que la nueva normalidad nos enseñó, llegamos a detectar quién es quién en este mundo de la farándula, tan postizo, en el que la mayoría pretende mostrar lo que no es, pero es el círculo en el que trabajamos. Somos pocos los que llevamos mucho tiempo conociendo este medio y salimos a flote porque mantenemos los pies sobre la tierra. Aprendimos muchas cosas: a trabajar en equipo con algunos del gremio, descubrimos más formas de obtener ingresos y no solo en el mercado privado, lo hicimos llegando a la Presidencia de la República para reclamar nuestro derecho al trabajo, así aprendimos que podemos funcionar y crecer de otra manera. Nos organizamos como asociación legalmente. En Colombia no existía un gremio que reuniera a toda la cadena de valor, porque nos veíamos como competencia, ese fue el “primer gran error”. Terminamos uniéndonos 39 empresarios y negociando con el gobierno nacional como asociación legalmente constituida: la Sociedad de la Industria del Entretenimiento Colombiano (SIDEC). Ahora estamos viendo los resultados con la reactivación que hemos tenido, nos dimos cuenta de que debíamos trabajar en equipo y junto con el gobierno para salir de la informalidad en la que habíamos vivido. Con la legalización de los espectáculos, nos propusimos trabajar junto con el Sena, el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Trabajo en la construcción de la clasificación única de ocupaciones para Colombia (CUOC), teniendo en cuenta nuestra cadena de valor: artes escénicas, audiovisuales, música, deporte y recreación. Estábamos enfocados en trabajar, pagar impuestos y producir en la parte privada, sin abrirnos a lo público que también tiene beneficios. En agosto de 2021 una empresa privada que creyó en mí como productora, participó en una licitación y la ganó, de esta manera volví a activarme desde ceros económicamente. Gracias a este contrato público hemos podido integrar a muchas personas del gremio (logística, ingenieros, presentadores, técnicos y artistas), para que se beneficien con esta reactivación y que formalicen sus actividades en el sector de la cultura.

¿Cuánta gente maneja?

Dependiendo del evento pueden trabajar entre 30 hasta 500 personas y de ahí para arriba hasta 1.000 en un evento masivo.

¿Qué desafíos vienen?

Estamos hablando con la Cancillería para empezar a impulsar a artistas en el ámbito internacional. Vemos los talentos que hay en Colombia en los géneros y queremos llevarlos al exterior. Estamos trabajando con nuestra asociación y con el Sena en este tema. Empecé hace unos años con el artista plástico colombohebreo, el escultor y genio del equilibrio Ricietl Vurkovitsky. Está catalogado como el tercer mejor artista plástico, ha sido el único colombiano en exponer sus obras junto a las de Picasso, su trabajo está en el Vaticano, y la familia Rockefeller y Donald Trump conocen y valoran su talento, mientras que en Colombia pasa inadvertido.

También estamos con la Big Band de Pacho Galán para darles mayor reconocimiento a estos maestros. Hay talento en Colombia y mucho para mostrar al mundo en la parte cultural, musical, visual y de producción.

Es hora de analizar ¿qué estamos proyectando y vendiendo al mundo como país multicultural? Por ejemplo, Pacho Galán es uno de los autores a nivel internacional que más vende. Wisin y Yandel ganaron un Grammy en el 2010 por apartes de la canción “Cosita linda”, del maestro en mención. Para el 2021 algunos DJ firmaron con los representantes de la orquesta los derechos para interpretarlos en los festivales más grandes de Bélgica.

¿Qué satisfacción encuentra en su trabajo?

Me hablan de eventos y producciones y me apasiono, soy de las que no descansa, la primera que llega y la última que se va, así dure 24 horas seguidas en la labor. A todo el mundo lo trato con respeto y desde que la cabeza funcione el resto funciona. Soy responsable y amo lo que hago, me gusta enseñar lo que he aprendido a lo largo de mi carrera, porque pienso que, si compartimos lo que sabemos, cada día seremos mejores. Si no damos la sabiduría que adquirimos, al partir de este mundo a otro nivel espiritual no estaríamos dejando ningún legado.

¿Lo más gratificante de su labor como empresaria?

El reconocimiento. Lo económico es importante, pero es clave sentirse satisfecha y agradecida, compartir saberes, porque cada día se aprende algo y eso permanece en mi ser. También es grato sentirse feliz cuando te dicen “gracias por darle al público y al empresario lo que querían”, eso es lo máximo.

¿Es exigente con sus empleados?

Bastante. Me gusta darles oportunidades de trabajo a los jóvenes. No es fácil cuando se empieza en la vida laboral en Colombia. Hay personas con las que llevo 18 años y todavía me dicen: “Yoli estoy trabajando, pero tengo tiempo libre, ¿qué hay para hacer?”. Somos un equipo y nos hemos convertido en una gran familia.

¿Cómo se describe?

Soy honesta, sencilla, me encanta meditar, me gusta ayudar y entregar conocimiento. Soy una mujer firme, en cualquier paso que doy cuento con Dios. Soy empoderada, aprendí de mi separación a los golpes y me levanto cada vez que caigo. Les doy un excelente ejemplo a mis hijos. A través de los años me propuse ayudar a más mujeres sin oportunidades y con necesidades y, con el tiempo, he apoyado a más de 3.000 mujeres en Bogotá y Cundinamarca.

¿Qué valores le enseñaron sus padres?

Tuve una infancia muy bonita, mi papá y mamá fallecieron hace tres años, con 6 meses de diferencia. Aprendí de ellos a ser de palabra, solidaria, humana, trabajadora, somos muy de familia. Creo en las mujeres empoderadas, en las nuevas masculinidades, soy una convencida de que debemos consolidar el núcleo familiar como base de la sociedad. Los principios que aprendí en casa me enseñaron a ser una empresaria y una productora comprometida, respetuosa, fuerte y centrada en lo que hago.

¿Fue difícil afrontar la muerte de sus padres?

Fue un año en el que me quedé quieta, sin importar las consecuencias. Durante sus últimos meses de vida, me dediqué a mis papás por completo porque ellos nos dieron todo a sus siete hijos. Los tuve conmigo y junto a mis dos hijos, soy madre cabeza de familia, pero esto no fue impedimento. Los atendí con mucho amor en sus necesidades, les preparaba sus alimentos, viví esos meses 100% para ellos y esa es una gran satisfacción para mí, haber podido corresponder a la buena vida que nos dieron.

¿Cómo ejerce su rol de mamá soltera?

Tengo dos hijos, me casé y me separé. Mi hijo mayor Mateo tenía 5 años, Sofía tenía un año y siete meses. Ahora mi hijo tiene 23 años y mi hija es una joven de 17. Siempre los he apoyado en lo que les gusta hacer, han sido mis maestros. A Sofía le encanta la danza árabe y la apoyo, no me gusta imponerles nada, los guío lo mejor posible.

¿Viaja mucho por su trabajo?

A mí me llaman a viajar y estoy con la maleta lista, para donde sea, viví algún tiempo en Los Ángeles, unos meses en Puerto Boyacá, el resto en Bogotá, pienso que viajar es sinónimo de aprendizaje, de crecimiento y de vida.

¿Un sueño inmediato?

Quiero irme un año a viajar por el mundo, eso sería lo máximo, quiero disfrutar paisajes y sitios hermosos, tranquilos para escuchar el sonido de la naturaleza, hay lugares maravillosos que quiero conocer y recorrer, para que queden dibujados en mi mente, olores puros que mis sentidos recuerden siempre. Quiero coleccionar momentos mágicos con mis hijos en los sitios más maravillosos que me regale la divinidad.

“En el 2015 la Wako y Colombian Top Team me hicieron un reconocimiento internacional por el aporte que durante 12 años le he dado al deporte, entre otros, al kick boxing y a las artes marciales mixtas en Colombia”.