LO BUENO DE SER EMPÁTICO
Durante los últimos años se ha popularizado el concepto de empatía para referirse a un comportamiento social positivo. Conozcamos su importancia social, emocional, adaptativa y algunos de sus beneficios.
POR NATALIA ROSALEM GUZMÁN
PSICÓLOGA / FUNDACIÓN UNIVERSITARIA KONRAD LORENZ
A lo largo de la historia el concepto de empatía ha tenido discrepancias con respecto a su origen, formación y significado según las diferentes disciplinas que lo emplean. Esto debido a que la filosofía, la teología, la psicología, la etología y, recientemente, la neurociencia lo aplican en sus áreas de estudio.
De acuerdo con Luis Moya-Albiol, Neus Herrero y María Consuelo Bernal la noción biológica más general a la que hace referencia se puede definir como: aquel individuo de cualquier especie que se aflige ante el dolor de otro y actúa para disminuirlo, incluso aunque suponga un peligro para su supervivencia.
Por su parte, el concepto de empatía en psicología fue introducido por primera vez por el filósofo alemán Theodor Lipps en 1903, alude a la capacidad que tiene, por ejemplo, María de captar lo que Luis piensa o necesita y, a partir de ello, sentir el deseo de consolarlo y ayudarlo. Esto a pesar de que María no esté experimentando o percibiendo algo que Luis sí notaría en una situación igual o similar.
Es importante destacar lo mencionado anteriormente, pues muchas veces las personas dan opiniones sobre las situaciones o los problemas de los demás, pero desde su postura y visión del mundo, y cómo ellos solucionarían dicha coyuntura. La verdadera empatía se da cuando cada uno se pone en el lugar o en “los zapatos del otro” y esto se logra construyendo una idea mental de las circunstancias, limitaciones, experiencias y formas de asimilar el mundo de quien se está empatizando. Es aquí donde se falla en ocasiones, ya que con buena intención tendemos a aconsejar a los otros basándonos en qué es lo que nosotros haríamos en ese contexto.
Sin embargo, se debe diferenciar la empatía de emociones como la lástima, que puede ser una expresión pasiva que no implica necesariamente ponerse en el lugar de quien sufre. Así mismo, cabe aclarar que la empatía tiene dos perspectivas desde las cuales puede ser entendida: la “preocupación empática”, que hace referencia a los sentimientos de angustia y tristeza ante la necesidad del otro. Y la “toma de perspectiva”, entendida como la habilidad para comprender el punto de vista de la persona.
Su relevante función social
Durante los últimos años se ha relacionado el concepto de empatía con las conductas prosociales, por ejemplo: dar información a un desconocido, recoger algo del piso, abrir la puerta a alguien que lleva algo pesado y trabajar como voluntario, son entendidos como comportamientos encaminados a satisfacer la necesidad de apoyo físico y emocional de otra persona. Están vinculados a cuidar, asistir y acompañar a los demás, guiados por una motivación altruista.
Dicho esto y tras múltiples estudios al respecto, se ha concluido que los individuos empáticos con comportamientos prosociales, son propensos a reaccionar de manera no agresiva ante las situaciones cotidianas, debido a la sensibilidad emocional, y a la capacidad para comprender las consecuencias negativas para sí mismos y para los demás que se tienen a la hora de responder agresivamente.
Esto explicaría por qué cada vez que se menciona el término empatía se hace referencia a “ponerse en los zapatos o el lugar del otro” así, como se mencionó previamente, no se compartan las emociones y los pensamientos experimentados por dicha persona. Esto es fundamental, socialmente hablando, puesto que al entender los sentimientos de los demás es más fácil dar una respuesta emocional adecuada frente a la situación, además de potenciar conductas solidarias.
La empatía y las emociones
La empatía tiene una fuerte correspondencia con el reconocimiento emocional en el otro. Normalmente un individuo identifica las reacciones por medio de los gestos corporales o faciales. En este proceso interviene una clase de neuronas conocidas como “neuronas espejo” que permiten registrar estas emociones en el otro porque ya han sido experimentadas por uno mismo, lo cual ayuda a comprenderlas mejor.
Aún no es claro por qué una persona tiene niveles más altos de empatía que otra, pero se cree que tiene relación con una mayor activación cerebral en la corteza prefrontal inferior, la cual participa activamente en la conducta adaptativa del individuo e incluso en la formación de las características de la personalidad. Es oportuno entender las intenciones y las emociones de los demás para ajustarse al ambiente y poder vivir en sociedad.
¿Cuáles son algunos beneficios de ser empático?
- Permite acercarse y relacionarse más con el grupo, al ser empático se fortalecen las relaciones interpersonales con amigos, compañeros y familia.
- Las personas empáticas conectan más rápidamente con los demás, lo que genera un ambiente cómodo y armónico.
- A quien lo emplea brinda herramientas para la resolución de conflictos, para la negociación y el liderazgo.
- Aumenta la autoestima porque siente que está generando un efecto positivo en alguien más.
- Mejora la manera en la que somos percibidos socialmente y potencia nuestra versión más pacífica. Como ya vimos, la agresividad y la empatía no son compatibles.
- Nos ayuda a ser más objetivos y justos.
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