Naren Daryanani: “No tengo resentimientos con la vida”

Luego de atravesar momentos difíciles en Chile, donde se radicó por varios años, el actor regresó a su tierra para comenzar una nueva vida en el plano sentimental y profesional.

POR FERNANDO MOTTA

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Naren Daryanani

A Naren Daryanani siempre le gustó la actuación, pero le apasionaba también el fútbol y tenía su vida planeada con este deporte. Cuenta que un día conoció a la actriz Ana Bolena Meza y todo dio un giro para inclinarse por la actuación: “Mi vida se fue encaminando con personas que conocía, como Ana Bolena Meza, quien me dijo en ese momento: “necesitan un monito para un programa nuevo que van a realizar en Colombiana de Televisión. Ella fue la que me presentó en Padres Hijos, y duré tres años y medio en el seriado, pero la gente tiende a relacionarme como si hubiera permanecido más tiempo en ese espacio. Fueron años intensos, de mucho cariño, de éxito, de vivir como una familia en el set, una experiencia y un recuerdo muy bello, un comienzo chévere para mi carrera. Yo estaba recién llegado de Miami, las cosas marchaban, hacía varios comerciales, me pagaban bien, fue una buena época”.

¿Se consideraba el galán del momento?

Nunca me he considerado galán, pero los personajes comenzaron a coger vuelo y salía mucho en las revistas. Aunque eran roles antagónicos, casi siempre como el vividor, el que le hacía daño a las mujeres y las robaba, el bailarín, el estriptisero…

¿Qué le dicen La sombra del deseo, Clase aparte, La Tormenta, Luna, la heredera y Decisiones, series y novelas en las que participó?

Me recuerdan una época maravillosa, varias de esas producciones eran de Caracol, pero estuve también con otras programadoras en Colombia, luego empecé mi carrera con Telemundo, hice 11 novelas con ellos, muy chéveres, y cada una se trasmitía a 80 o 90 países.

¿Cómo fue su vinculación con Telemundo?

Trabajaba muy seguido con RTI y luego ellos hicieron el matrimonio con Telemundo, así que entré de una a la primera novela que hicieron unidos: La Venganza. Conocí a muchas actrices, vacas sagradas, como dicen, actores internacionales, de diferentes países, así pude compartir con gente que ha trabajado mucho y que son conocidos en Latinoamérica. Fue una experiencia bonita y de Telemundo conservo muchos recuerdos y amistades.

¿Qué lo motivó a radicarse en Chile?

Me fui por amor, cuando justo en Colombia estaba retomando con un personaje buenísimo en La ley del corazón, del Canal RCN. Estando allá, las cosas no funcionaron. Era probable participar en MasterChef 2021 Colombia, y me quedé encerrado en Chile por la pandemia. Me llamaban a casting, pero las fronteras estaban cerradas por la emergencia sanitaria, y para completar, hubo un estallido social que duró siete meses, así es que apenas me pude venir lo hice y llevo un año feliz en Colombia. Estoy retomando y este año ha sido apoteósico en mi trabajo, un balance muy positivo.

“Creo que podría ser buen papá por todo lo que he vivido, y hoy en día puedo criar un guerrerito de Dios que logre lo que quiera en la vida”, Naren Daryanani.

¿Cómo vivió la pandemia, alejado de su tierra y de su familia?

La viví solo, sin conocer a mucha gente en Chile, pero estoy bien con la soledad en mi vida, estuve tranquilo, aunque fue una gastadera de plata, de tiempo, haciendo nada en realidad. Lejos de la familia es complicado, sin embargo, en medio de todo, me sentí muy bendecido, y estaba el Internet para conectarme con mi gente; no lo recuerdo de mala manera; después mi vida comenzó a cambiar, la energía empezó a fluir y las cosas volvieron a darse para bien.

¿Qué extrañaba de Colombia?

El trabajo, los colegas, la gente, la familia, pero soy de vivir los momentos, y no me arrepiento de cómo se han dado las cosas. Después de la tormenta vuelve la calma, con la llegada aquí todo se compuso, es que los tiempos de Dios son perfectos.

¿Cómo ha sido ese renacer, ahora que regresó a su tierra a recuperar su carrera actoral y después de una relación sentimental que no prosperó?

Ha sido un renacer maravilloso, no me lo esperaba. Cuando la energía estaba negativa con esos acontecimientos y las vainas físicas que me pasaban, y luego ¡wow!, la energía iba para el otro lado, el panorama se tornó positivo y todo muy encaminado.  Ha sido un año extraordinario con lo de Primate; voy a competir en Todo contra los famosos, de Caracol; vienen dos realitis en los que tengo la posibilidad de participar el próximo año; estoy retomando redes en forma, contento y bendecido con salud, con toda la energía. El ser el antagonista en la segunda temporada con el elenco de Primate, ha sido un arranque maravilloso. Un regreso frenético después de esa época difícil y de esa relación que no funcionó. El cambio ha sido favorable ciento por ciento, estoy agradecido, lleno de amor y gratitud con la vida, me siento feliz, lo que fue, fue, ahora atravieso el mejor momento de mi vida.

¿Cómo elaboró su rol antagónico en la segunda temporada de Primate?

Vengo a hacerle la vida imposible al protagonista, Christian Tappan (William Díaz). En la trama pasa de todo y, como es comedia, no debo seguir contando porque no me puedo adelantar. Es un personaje que para prepararlo tienes que esperar a verlo, la gente lo va a disfrutar mucho, fue todo un desafío. Y cuento con el respaldo de Tappan, que me tiene un gran cariño, fue él quien se craneó el personaje.

¿A qué atribuye los sucesos trágicos que han marcado su vida y cómo ha logrado superarlos?

Todo es perfecto en esta vida, la acción-reacción, tenía que vivir eso y aprender muchas cosas. Cambiar muchas actitudes, porque yo había sido muy de buenas, todo me había llegado, no había buscado nada, me pusieron en el primer personaje y explotó. Y después de ahí, dos décadas de trabajo exagerado hasta que llega la otra década complicada. Eso lo atribuyo a que en la vida todo sucede por algo, y lo he superado con coraje. De todas maneras, soy una persona noble, agacho la cabeza, tomo lo que viene con nobleza, no con rabia; aprendo la lección y sigo adelante. Cuando estaba en la mala y era como un túnel sin salida, en el fondo sabía que las cosas no iban a terminar así y mantuve la esperanza. En los tiempos difíciles hay que luchar y confiar en Dios; asumir que debemos cambiar y no esperar cambiar a los otros; no pelear contra la vida, si la vida te está dando golpes, aprende de ahí y cambia.

¿Volvería a darse otra oportunidad en el amor?

Claro. Soy una persona llena de amor y gratitud por dentro, entonces, como no, y no quedé marcado por el pasado, no me quedo anclado ahí, sigo adelante, ahora estoy en otra etapa distinta, con alguien especial, me siento contento, y todo está funcionando de maravilla.

¿Qué busca en una mujer para una relación en pareja?

En la relación de pareja somos dos, entonces la idea es hacer un buen equipo, que ambos podamos aportar, echar para adelante y unir fuerzas. No soy, hoy en día, de mucha juerga, rumba o salidera, soy tranquilo, medio casero, y una persona sana y positiva que confía en Dios.

¿Cómo ha sido ese crecimiento espiritual?

Del cielo a la tierra. En la década pasada se quemó ese cartucho del karma, por decirlo de alguna manera. Fue lo que tenía que vivir y aprender. Ha sido tan positivo y tan bonito, pienso que el crecimiento espiritual está en uno, cambiando cosas negativas por positivas en nombre de la vida y de Dios. Más que rezar mil rosarios, toca cambiar actitudes, ser honesto, buscar convertirnos en un mejor ser humano, es un tremendo camello. Creo mucho en la inteligencia emocional, ahí radica la espiritualidad, todo está en la cabeza, así que hay que trabajar poniéndole un piloto a la cabeza para poder manejar las emociones, tomar las mejores decisiones y, en nombre de Dios, crecer cada vez más para construir una mejor versión de cada uno.

Habla poco de su familia, ¿cómo es la relación con su gente?

Mi padre murió hace mucho tiempo, cuando vivía en Miami, y por eso fue que regresamos a Colombia. En Bogotá tengo un hermano, soy el menor de 5 hombres. Uno de mis hermanos falleció hace un año, quedamos cuatro; el que me antecede se llama Sunil, vive aquí, está casado y tiene un hijo. Después sigue el que murió, y antes de él, Kumar, que reside en Costa Rica, con mi sobrina. El mayor, Sikander, vive en Washington, es talentoso, trabaja en un banco, y es un genio. Con todos me llevo súper bien. Estamos en contacto todo el tiempo con el que reside en Costa Rica, él me inculcó la pasión por el fútbol desde que era pequeño y somos muy cercanos. Y ahora, todos estamos viendo por mi mamá y saliendo adelante con mucho amor.

¿Proyectos en el plano personal y actoral?

Seguir trabajando en mi persona, en mi espiritualidad, en mi crecimiento como ser humano; en lo profesional, trabajar mucho. En esta vida es uno contra uno y de pasadita, si se puede ayudar a otros, estupendo. Quiero disfrutar de mi familia y seguir camellando en esta vida en nombre de Dios, y como estoy tan feliz y lleno de gratitud y no tengo resentimientos, ni con la vida ni con lo que me ha pasado, ni con nadie, no miro atrás, y mi presente es maravilloso. Estoy contento de estar aquí, entre los humanos, para perseguir mis sueños, y transmitir un buen mensaje: que nunca es tarde, que siempre se puede lograr la mejor versión de cada uno, mientras Dios nos llama.

“Quiero seguir más unido a mi familia, con mucha gratitud y amor hacia la vida después de estar al borde la muerte. Estoy contento de estar vivo, con toda la buena energía, feliz de estar aquí, y sé que Diosito me tiene cosas buenas y hay que ir por ellas”.