ADIOS QUERIDO HERMANO
El pasado domingo 15 de septiembre, a las 11 y 40 minutos de la mañana, se cerró el telón y terminó la obra. La vida de Carlos José Reyes Posada llegó a su fin y de inmediato comenzaron los recuerdos a apoderarse de la escena, pues desde que se conoció la noticia han surgido infinidad de mensajes provenientes de personas cercanas, familiares y amigos o de diversos sectores culturales, salas de teatro, instituciones culturales, medios de comunicación como la prensa nacional y la radio, todos ellos con el mismo libreto, hacer un reconocimiento a la impresionante y bien reconocida trayectoria de un hombre que se formó como intelectual y humanista a fuerza de poner por encima de todo su amor por la lectura, por la investigación y por el trabajo teatral que fue su actividad artística inicial en la Universidad Nacional, como director y dramaturgo.
Bogotá, septiembre 17 de 2024. Carlos José fue como pocos colombianos, un verdadero autodidacta, todo lo que aprendió en su trasegar por la vida, como expresó el poeta peruano Cesar Vallejo en uno de sus poemas humanos, fue teniendo «Confianza en el ojo, no en el anteojo», su mirada de la realidad estuvo enfocada en los problemas del ser humano bajo el rasero de la actividad artística, dirigir la puesta en escena de obras de autores universales o las de su propia dramaturgia, fue para él una manera de enaltecer la condición humana y dejarla ver con el lenguaje de la expresión corporal, de los gestos y actitudes del actor. Esa tarea lo llevó a ser uno de los mejores formadores, con disciplina y constancia, pero sobre todo, con enorme talento creativo.
Del teatro, como director y dramaturgo, pasó al ecuménico y no menos interesante universo del libro, ese objeto valioso y perdurable que Borges señaló como un instrumento de la memoria y la imaginación. No le alcanzó la vida para publicar sus dos últimas investigaciones que tenían como destino final, ser dos libros más de su producción intelectual y dos joyas nuevas para su vasto patrimonio bibliográfico, pues su residencia era ya una gran biblioteca que se había apoderado de la mayor parte de los espacios habitables.
La primera investigación trata sobre la Plaza de Bolívar de Bogotá, vista como un escenario del acontecer político, social y cultural desde los orígenes de la fundación de la ciudad. Y la segunda, busca hacer memoria de un pariente que ocupó un brillante papel en el periodismo crítico de mediados del Siglo XIX, Joaquín Pablo Posada, el «Alacrán Posada» hijo del general Joaquín Posada Gutierrrez autor de las Memorias Histórico-Políticas. Publicó un periódico semanal que circuló en 1849 con el nombre El Alacrán y cuyo texto inicial rezaba:
«Hoy sale el alacrán, reptil rabioso
que hiere sin piedad, sin compasión;
animal iracundo y venenoso
que clava indiferente su aguijón»,
para referirse a un periodismo mordaz y ácido en torno a la vida política de su época convulsionada.
Carlos José Reyes Posada. Foto Archivo Particular.
Nunca dejó de estudiar o producir. Eso le mereció el honor de ser Miembro de Número de la Academia Colombiana de Historia, así como Miembro de la Academia Colombiana de la Lengua. En ambas instituciones se destacó por la excelencia de su trabajo, por el compromiso y por el valor de sus aportes.
De un año hasta la fecha, la enfermedad le fue cerrando los caminos para seguir en aquello que más amaba, los libros y los encuentros culturales con colegas y amigos de oficio. Asistía y cada vez con menores posibilidades a espectáculos teatrales, uno de sus más afectos amigos, el exministro de Cultura Ramiro Osorio, lo invitó muchas veces a espectáculos importantes en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, con grupos invitados del teatro mundial y pese a sus limitaciones cada vez más crueles, hacía el esfuerzo porque a lo largo de su vida se había acostumbrado a ver mucho teatro. Sobre este particular hay que decir que publicó varios libros, entre ellos Materiales para una historia del teatro en Colombia, El Carnaval de la Muerte, obras infantiles Dulcita y el Burrito, La Piedra de la Felicidad, otros libros suyos Margarite Yourcenar Memorias del Mundo, Dentro y Fuera, Simón Bolívar, Carlos V editado por Panamericana Editores, y más recientemente Teatro y Violencia en dos siglos de Historia en Colombia, tres tomos de más de 800 páginas cada uno editados por el Ministerio de Cultura entre 2013 y 2015.
No quisiera cerrar estas líneas desde Escenario Cultural, sin decirle a mi querido hermano mayor, maestro y compañero de vida desde nuestra cuna común, que nunca jamás podré olvidarlo por su enorme calidad humana, su mirada franca y sincera, su sonrisa guasona, el interés pedagógico y su generosidad para compartir parte de su sapiencia ilimitada, así como su amplio y universal conocimiento de la realidad social, política y cultural de Colombia y el mundo. Una buena parte de su energía creativa seguirá ejerciendo influencia entre los trabajadores del teatro y entre los intelectuales que lo conocieron y de su energía afectiva, sabrán continuar como herencia para sus trabajos, sus tres hijos Pilar, Juliana y Carlos Felipe. En cuanto a nosotros sus hermanos, Mauricio, María Teresa, Clemencia y yo, al lado de nuestros entrañables Alvaro y Pablo que en su momento despedimos con igual tristeza, seguiremos su ejemplo y honraremos su memoria a través de la lectura, el ejemplo que nos entregó y el afecto inmenso que sentimos hacia él.
Es hora de descansar, gracias por haberle entregado a Colombia tanto trabajo cultural, sin duda la mejor herramienta para lograr la paz, la misma que hoy lo acompaña en su tránsito a la eternidad.
Joaquín Reyes Posada
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