¿A qué dedicas tu tiempo libre?

El mundo avanza a un ritmo cada vez más acelerado, especialmente cuando de tecnología se trata, y las redes sociales acaparan buena parte de nuestro tiempo, influyen en la forma en la que nos desarrollamos, sentimos, pensamos y en cómo nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos.

Natalia Rosalem Guzmán, Psicóloga /Universidad Konrad Lorenz.

Por Natalia Rosalem Guzmán 

Psicóloga Fundación Universitaria Konrad Lorenz

Empresas como Google, Facebook, Instagram, Twitter, Pinterest, You Tube, TikTok, entre otras, centran sus modelos de negocio en captar la atención de sus usuarios el mayor tiempo posible, porque esto representa más beneficios para sus anunciantes. Es por ello que el algoritmo que emplean es cada vez más preciso y es capaz de predecir y controlar nuestra conducta, los sentimientos que se generarán con cierto tipo de contenido, y qué tipo de videos o información nos hará darle clic para quedarnos atrapados.

Esto nos lleva a cuestionarnos: ¿cómo se puede entender este fenómeno a través de la psicología? Existe una teoría de aprendizaje que es capaz de explicarlo, se trata de la Teoría del Reforzamiento y fue propuesta por el psicólogo americano Burrhus Frederick Skinner, uno de los padres del conductismo. Según el autor, el comportamiento se puede modificar, predecir y potenciar a través del reforzamiento de conductas, y esto se logra mediante el reforzamiento positivo o negativo. Esta teoría propone que ante cada estímulo ejercido sobre un individuo se obtendrá una respuesta, y a partir del tipo de consecuencia obtenida se podrá aumentar o inhibir la aparición de las conductas deseadas.

Es importante tener en cuenta que el reforzamiento de las consecuencias y de la percepción que tenga el individuo frente a dicha respuesta, es la que permite que el comportamiento se mantenga presente en el futuro.

Reforzamiento positivo

Como se mencionó anteriormente, los comportamientos pueden tender a repetirse gracias a las consecuencias que aparecen luego del reforzamiento y que, además, sean percibidas como gratificantes. Esto implica que esa persona que experimentó una sensación agradable tras comportarse de cierta manera, buscará en el futuro repetir este tipo de conducta para así recibir una recompensa satisfactoria nuevamente. Un ejemplo relacionado con el uso de redes sociales puede darse a la hora de subir una foto o escribir un tweet. Si recibir muchos comentarios, likes o interacciones es considerado reforzante para la persona que los obtenga, esto probablemente condiciona su uso de redes sociales esperando recibir nuevamente esta respuesta.

Reforzamiento negativo

Al hablar de reforzamiento negativo se puede tener la percepción de que se hace referencia a la administración de un elemento desagradable como, por ejemplo, recibir malos comentarios en las redes sociales. Sin embargo, a lo que realmente alude es a la eliminación de las consecuencias que el individuo perciba como negativas o aversivas. Normalmente se hace evidente por dos tipos de respuestas: la evitación o el escape. Lo que ocurre aquí es que la persona aprende a evitar o escapar de los estímulos adversos ya que así disminuye la aparición de eventos desagradables. Por ejemplo, en relación con el uso de redes sociales si alguien cada vez que se siente triste o agobiado porque tiene muchas cosas por hacer, pasa varias horas conectado a redes sociales postergando sus obligaciones, se puede identificar como un caso de reforzamiento por escape, es decir, esta persona seguirá repitiendo esta conducta (aplazar sus obligaciones) para así evitar terminar sus deberes.

Si bien las redes sociales son una poderosa herramienta que posee grandes ventajas como la comunicación inmediata, el acceso a la información y el entretenimiento, el poder de la denuncia social, acceso a oportunidades laborales y mayor visibilidad de las marcas locales, también tiene otra cara de la moneda y es la adicción a estas, o los trastornos de ansiedad y depresión.

Además de lo anterior, el uso excesivo del celular influye en que cada vez podamos concentrarnos en menor medida, durante un largo periodo de tiempo, en una tarea específica. La razón de esto es, principalmente, debido a que estamos constantemente sobrecargados de estímulos que requieren nuestra atención (notificaciones, fotos, historias) que nos mantienen alerta y expectantes. Lo anterior implica, en muchos casos, la realización de diversas actividades al mismo tiempo, sin realmente dedicar el espacio necesario a una sola actividad hasta ser terminada.

Sin embargo, las redes, como herramienta social, no son malas. De nosotros depende sacarles el mayor provecho posible. Pero, como muchas cosas en la vida, el mal uso y los excesos, sí son negativos. Cada quién debe decidir si quiere ser controlado por ellas o si está dispuesto a usarlas de forma equilibrada.  

Algunos consejos para lograrlo, pueden ser: 

• Desactivar las notificaciones de aplicaciones que no son realmente relevantes.
• Descargar aplicaciones que permitan identificar cuánto tiempo se pasa en ocio y cuánto tiempo se está con el celular haciendo cosas más productivas (estas herramientas también permiten establecer límites de tiempo por aplicación).
• Delimitar los espacios en el día que pueden ser destinados a consumir contenido de entretenimiento, y los tiempos dedicados para trabajar o estudiar.
• Hacer una lista de chequeo con los deberes a cumplir en el día.

Finalmente, la recomendación es buscar contenido relevante relacionado con temas culturales, educativos, investigativos, científicos, económicos o gastronómicos, entre otros, que nos permitan acceder a información más útil y que justifiquen la permanencia en redes.

Las redes, como herramienta social, no son malas. De nosotros depende sacarles el mayor provecho posible.