Cómo podemos VIVIR EN PAZ

Estas son algunas herramientas que nos ayudarán a lograr este estado de paz y armonía tan anhelado por todos.

Natalia Rosalem Guzmán, Psicóloga /Universidad Konrad Lorenz.

POR NATALIA ROSALEM GUZMÁN
Psicóloga Fundación Universitaria Konrad Lorenz.

Este tiempo de pandemia ha estado cargado de situaciones difíciles y momentos tensionantes para la mayoría de los habitantes del mundo. Nos hemos enfrentado a inesperados cambios que han alterado diversos ámbitos de la vida, desde lo laboral, pasando por lo familiar, así como la forma en la que socializamos y nos relacionamos con los demás. Esto sin mencionar alteraciones emocionales y situaciones en las que es casi imposible sentirnos en paz con nosotros mismos y con nuestro entorno.

Estas múltiples transformaciones han inundado nuestra vida cotidiana, obligando cada vez más a las personas a estar en la búsqueda permanente de herramientas, en este caso psicológicas, que nos ayuden a aliviar estos retos. Mencionemos algunas de ellas, y empecemos a aplicarlas para un mejor manejo de estos desafíos:

Resiliencia

En el campo de la física la resiliencia es entendida como aquel mecanismo que gracias a la elasticidad de un objeto este logra regresar a su forma inicial a pesar de que se haya ejercido una fuerza mayor sobre él.

Este concepto ha sido trasladado al ámbito de la psicología, para intentar comprender el por qué algunas familias o individuos a pesar de enfrentarse a grandes adversidades (como genocidios, desplazamiento forzado, marginación socioeconómica, etc.) son capaces de sobreponerse a ellas.  La resiliencia social se ve fuertemente impactada por la fortaleza en los vínculos y la confianza entre el individuo con las personas de su entorno.

Por su parte, un individuo puede ser más resiliente si tiene confianza en sí mismo, capacidad para planificar sus actos, autocontrol y persistencia en el compromiso. Lo anterior está ligado a la fuerte creencia de que los actos pueden modificar las situaciones del grupo social en el que se mueve, esto permitirá que la persona acepte que el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional y, de esta manera, lograr una vida equilibrada en lo posible.

Gratitud

La gratitud es un concepto que ha sido estudiado por la psicología positiva en los últimos años. Esta cualidad, como cualquier comportamiento humano, es un proceso de reconocimiento y valor de aquello que nos rodea, en el cual se ven implicadas variables como el compromiso moral y las conductas pro sociales.

Según Christopher Peterson, la capacidad de ser agradecido permite que se distingan los aspectos positivos del pasado y presente, que han resultado beneficiosos y que le otorgan un significado agradable a la vida, para así intentar incluirlos en el futuro.

Lo interesante de la gratitud es que al momento de responder de forma agradable por los “beneficios recibidos”, inmediatamente se genera un cóctel de hormonas muy poderoso, especialmente de serotonina, hormona del placer, cuya función repercutirá en la búsqueda de la repetición de estas respuestas de agradecimiento con el fin de volver a sentir satisfacción.

Este recurso, al que acuden los seres humanos, así como la resiliencia, termina convirtiéndose en una decisión personal. No considerar los regalos de la vida como algo seguro o certero, sino más bien percibir cada experiencia vivida como el gran regalo que hará que nuestro paso por el mundo sea un poco más feliz y llevadero. Este es uno de los recursos que más paz genera en el ser humano.

Inteligencia emocional

La inteligencia emocional es la capacidad de gestionar y regular correctamente tanto las emociones propias, como la relación de ellas con quienes nos rodean. Las emociones están implicadas en cada decisión que tomamos, por increíble que parezca, y constantemente nos vemos influenciados por ellas en nuestro diario vivir.

Según el psicólogo Daniel Goleman, experto en inteligencia emocional, este tipo de inteligencia nos ayuda a relacionarnos de forma acertada con nosotros mismos y con los demás, llevándonos a tomar mejores decisiones, lo cual impactará evidentemente en nuestro desarrollo personal y en el hecho de vivir una vida más feliz y plena.

Las personas con inteligencia emocional logran establecer relaciones sociales más empáticas y duraderas. Puede ser trabajada por medio de terapia o también implementando estas prácticas: meditación, ejercicios de respiración, y el autoconocimiento por medio de un diario personal donde se narren las emociones experimentadas.

Perdón

Es otra herramienta psicológica que tiene evidencia de ser usada en contextos clínicos para la mejoría de la salud mental, el incremento en la autoestima, para alcanzar bienestar psicológico general y satisfacción con la vida.

El proceso del perdón inicia con la percepción de la ofensa caracterizada por la presencia de sentimientos como rabia, dolor, tristeza, ira, humillación y vulnerabilidad. Con respecto al agresor se pueden presentar fuertes emociones relacionadas con el odio y el rencor. Este sin número de emociones y sentimientos experimentados, evidentemente, restan tiempo valioso y energía. Con lo anterior no quiero decir que está mal sentir ira o tristeza frente a una ofensa. Simplemente, podríamos aprovechar ese tiempo para amarnos a nosotros mismos y estar en paz con lo que nos rodea.

Es importante entonces entender el perdón como una posibilidad de sanar y de manejar las situaciones de forma que se vea beneficiada la salud mental.

Optimismo

El optimismo es otra herramienta necesaria para hacer frente a las crisis, siendo una manera esperanzadora de encontrar el buen lado de cualquier situación. Tener la ilusión de que las cosas pueden mejorar nos motivará a luchar para que en realidad mejoren.

Un ejercicio útil que podemos realizar cuando nos encontramos frente a una situación de desespero donde no vemos ninguna salida, es procurar transformar las frases negativas en positivas. Se puede hacer una lista de todos los pensamientos negativos que se nos vengan a la mente y al frente escribir la frase positiva opuesta. Esto ayudará a recordarnos que para cada situación negativa puede existir una positiva y podemos irlas añadiendo a nuestras conversaciones diarias.

Es importante recordarnos y aceptar que, pese a las adversidades cotidianas de la vida, siempre existirán herramientas propias del ser humano que nos ayudarán a percibir el mundo como un lugar más feliz y al cual es seguro pertenecer. Si bien estas herramientas pueden no ser innatas o depender de factores como la crianza o la genética, es bueno saber que pueden ser trabajadas y potenciadas.

Las personas que tienden a perdonar a otros suelen presentar menores niveles de estrés, ansiedad y depresión, y experimentan mayor satisfacción con las situaciones de la vida, aumento de emociones positivas; en general, son personas más comprensivas y empáticas.