El arte mural se toma las calles para alzar la voz por las presas políticas de LATAM

Latinoamérica Sin Presos Políticos demanda que en ningún país de la región se utilice el encarcelamiento como una forma de control y castigo a la libertad de expresión, organización y manifestación.

Se invita al público a visitar los murales y a reflexionar, empatizar y abogar por los derechos humanos de las presas y expresas políticas de la región.

Bogotá, D.C., marzo de 2023. Latinoamérica sin Presos Políticos devela dos murales artísticos en honor a seis presas y ex-presas políticas de Cuba, Nicaragua y Venezuela.

A pesar de que 222 presos políticos en Nicaragua fueron liberados y pudieron reencontrarse con sus familias, en América Latina persisten más de 1.400 personas presas políticas en países cuyos sistemas legales y judiciales penalizan a las voces disidentes.

Ante este panorama, Latinoamérica sin Presos Políticos lanza esta nueva iniciativa en las ciudades de Bogotá, Colombia y San José, Costa Rica, simultáneamente. El objetivo del movimiento, conformado por miembros de la sociedad civil en la región, es visibilizar a mujeres que fueron privadas de su libertad por su labor activista o de oposición política. Sus historias y la de sus familiares son retratadas a través del arte mural e invitan al público a conocerlas, para reflexionar, empatizar y abogar por sus nombres.

Estas muestras artísticas fueron elaboradas por muralistas originarias y reconocidas de cada país. En el caso de Bogotá, se trata de Nats Garu, quien plasmó en su obra a tres mujeres víctimas de sus contextos nacionales.

La primera de ellas es María Oviedo, abogada y defensora de derechos humanos. Antes del estallido social que tuvo lugar en Nicaragua durante abril de 2018, María trabajó como Fiscal en el Ministerio Público. Tras las protestas, abandonó la institución y se unió a la defensa de presos políticos, desempeñándose como coordinadora del equipo jurídico de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH).

María fue detenida el 29 de julio de 2021 en una oleada de arrestos contra opositores y voces críticas. No pudo comunicarse con sus hijos de 10 y 17 años de edad por más de 1 año. El 14 de febrero de 2022 fue condenada a 8 años de cárcel por el delito de conspiración con fines de menoscabo a la integridad del Estado de Nicaragua y la sociedad.  El 9 de febrero fue excarcelada y exiliada junto a 221 presas políticas.

La segunda mujer retratada es Aymara Nieto Muñoz. Fue encarcelada injustamente por la dictadura cubana un 6 de mayo del 2018 y desde entonces no ve a su familia. Actualmente, se encuentra detenida en la prisión «El Manatí» de la Provincia de las Tunas. Su esposo e hijas se refugian en la fortaleza de Aymara y la esperanza de reencontrarse.

Por último, la tercera integrante del mural en Bogotá es María Lourdes Afiuni, quien fue privada de su libertad el 10 de diciembre de 2009.

Lourdes era juez titular de un tribunal del área penal desde el año 2006. Tras uno de sus fallos, funcionarios de los Servicios Bolivarianos de Inteligencia (SEBIN) la detuvieron junto a todo el personal del tribunal, siendo liberados todos menos dos alguaciles y la juez. Dos días más tarde se acuerda conceder la libertad a los alguaciles y ratificar la detención de Lourdes, quien posteriormente es trasladada al Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF). Padeció torturas, violencia sexual y amenazas de muerte.

En junio de 2013, se le otorga libertad condicional con prohibición de salir del país, hablar con medios de comunicación nacionales e internacionales y de utilizar sus redes sociales. Posteriormente, en marzo de 2019 fue condenada a cinco años de prisión por el delito de corrupción espiritual, es decir, corrupción sin dinero, el cual no existe en la legislación venezolana.

El 25 de enero de 2023 fue notificada de su destitución como jueza, siendo inhabilitada para ejercer cualquier otro cargo en el poder judicial. Dicho proceso nunca le fue notificado, impidiéndole el ejercicio del derecho a la defensa.

Latinoamérica Sin Presos Políticos demanda que ningún país de la región acuda al encarcelamiento como una forma de control y castigo a la libertad de expresión y manifestación. La experiencia de cada persona presa política es única, sin embargo, todas están unidas en su lucha por la verdad y la justicia. Este movimiento honra sus historias y hace un llamado al público mediante el arte, para exigir conjuntamente la liberación de todos los presos políticos en  América Latina.