UNA VOCACIÓN SIN ESCAPATORIA
Federico Díaz-Granados
El poeta, periodista, profesor de literatura y gestor cultural Federico Díaz-Granados es, sin duda, uno de los más importantes poetas colombianos, quien continuamente reactiva en distintos escenarios la importancia de la poesía. Dirige la Biblioteca de los Fundadores del Gimnasio Moderno, claustro que el próximo año celebrará su centenario.
Por María Cristina Pignalosa
Fotos Olga Lucía Jordán y Archivo Particular
Nació en un hogar rodeado de libros y de poesía. Recuerda cómo su padre, el escritor y periodista José Luis Díaz-Granados recitaba en voz alta a sus poetas favoritos y en las noches llegaban poetas colombianos de distintas generaciones a su casa. Así que, sus primeras influencias en la concepción de la poesía eran tan variadas como dispersas.
Cuenta que los relatos de su padre mientras caminaban, sobre las vidas y aventuras de Pablo Neruda, Federico García Lorca, César Vallejo y muchos poetas rusos fueron “el canto iniciático de una vocación que no tenía escapatoria”.
Como cualquier niño quiso ser médico, bombero, astronauta y futbolista (su verdadera y frustrada vocación) y escribía, de manera muy personal y privada, cuentos y poemas a la manera de los autores que tenía en su memoria y que le emocionaban, pero la primera vez que intentó escribir un poema con plena conciencia de estar enfrentado al oficio fue por un desamor de la adolescencia. “Fueron poemas torpes y truncos que nunca (por fortuna) llegaron a su destinataria”, dice.
Desde entonces continuó escribiendo poemas, según él, “para acompañar la soledad, el silencio, las noches, con la certeza que amanecería, que más pronto que tarde llegaría la luz a través de la ventana”.
Para Díaz-Granados, la poesía es la síntesis total de la creación humana, lo que nos justifica y nos otorga un lugar para estar en el mundo con dignidad y belleza. Para el escritor, la poesía encierra su inagotable capacidad de cuestionar, de sugerir, de conmover, de resquebrajar las máscaras en las que nos ocultamos. “Así la poesía nos revela con generosidad y honestidad el ‘cuarto de máquinas’ de todos nosotros, la trastienda de nuestras dichas y pesares, el acopio de todos los recuerdos y deseos.”
El gestor cultural
Apasionado por su labor que se ha extendido por muchos ámbitos y ha inundado de poesía múltiples escenarios, Díaz-Granados es desde 2008 Director de la
Biblioteca de Los Fundadores del Gimnasio Moderno y de su Agenda Cultural, que ofrece a través de una programación diversa, un espacio gratuito e incluyente relacionado con la cultura: cine, ópera, rock, Jueves de Poesía, además de talleres, festivales y encuentros con los escritores más destacados. Para el 2014, tendrá una programación especial para festejar el Centenario del Gimnasio Moderno. Su Agenda Cultura ha logrado posicionar a este claustro como el primer centro de cultura de la ciudad.
También es director literario de la Tertulia Literaria de Gloria Luz Gutiérrez, que desde su fundación en el 2001 como una informal reunión de amigos alrededor de la poesía y por nexos amistosos con la poeta María Mercedes Carranza y Gutiérrez, es un espacio cultural importante que promueve el Premio Nacional de Poesía Obra Inédita, con el propósito de reconocer y publicar óperas primas de nuevos poetas colombianos. El gran aporte de esta tertulia ha sido sensilibilizar a sectores financieros y políticos a contribuir para que la poesía se descentralice, se lea y se estimule.
Fue subdirector de la revista de poesía Golpe de Dados dirigida por el poeta Mario Rivero entre los años 1999 y 2009 y participa activamente en diversos festivales y congresos de poesía en Colombia y en el exterior, pues su amor por la poesía irradia todos los espacios de su vida. Recientemente fue incluido en las antologías El decir y el vértigo. Panorama de la poesía hispanoamericana reciente (1965-1979), antología seleccionada y prologada por los poetas mexicanos Rocío Cerón, Julián Herbert y León Plascencia Ñol, y editada por Filodecaballos/Fonca; y en Poesía ante la incertidumbre (nuevos poetas en español) editada por la colección Visor de poesía en España.
Todo lo anima a continuar por la vida con la palabra. “Escribo por esas tantas cosas que he amado, porque estoy enojado con algo del mundo que todavía no se qué es, porque hago parodias equivocadas como un payaso callejero, porque sueño con inmensas bibliotecas y el puntual paso de las estaciones”.
“Escribo por miedo y convicción, por amor y desespero, escribo porque conocí la soledad y el hastío”.
Su personalidad, calmada y cálida, su palabra siempre oportuna y generosa ha impulsado a muchos futuros poetas a continuar con su camino.
Admira a poetas de la tradición de lengua española como San Juan de la Cruz, Antonio Machado, Federico García Lorca, Pablo Neruda, César Vallejo, Jaime Sabines, Juan Gelman y Luis García Montero. Así como también a T.S. Eliot, Eugenio Montale, Derek Walcott, Mark Strand y Wilsawa Szimborska, entre otros. Hablando de poetas colombianos, admira a Luis Vidales, Héctor Rojas Herazo, Álvaro Mutis, Mario Rivero y María Mercedes Carranza, entre los que ya se han ido, y a Giovanni Quessep, Jotamario Arbeláez, Juan Gustavo Cobo Borda, Darío Jaramillo Agudelo, además de su padre, José Luis Díaz Granados, entre los que están vivos.
Donde mejor se encuentra, su rincón preferido, es su cuarto lleno de libros por todas partes, o las librerías de viejo en todas las ciudades que visita, empezando por San Librario en Bogotá.
HOSPEDAJE DE PASO
Federico Díaz-Granados (Bogotá, 30 de enero de 1974).
Este poema abre el libro Hospedaje de paso, publicado por primera vez en Ediciones San Librario en 2003. Reeditado posteriormente varias veces.
Nunca he conocido a los inquilinos de mi vida.
No he sabido cuándo salen, cuándo entran,
en qué estación desconocida descansan sus miserias.
Las mujeres han salido de este cuerpo a los portazos
quejándose de mi tristeza,
en algunas temporadas se han quejado de humedad,
de mucho frío, de algún extraño moho en la alacena.
Se marchan siempre sin pagar los inquilinos de mi vida
y el patio queda nuevamente solo.
Mi corazón deja de ser una posada de hambrientos
que acoge a todos los pájaros que llegan del verano
y aguardan a que regreses por tus cosas
a este hotel de paso donde siempre es de noche.
En la Foto, con el Premio Nóbel, Gabriel García Márquez.
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