If you label me you negate me… (si me etiquetas, me niegas)

¿Saben por qué cuesta tanto trabajo escoger carrera? Decidir en un momento de la adolescencia ¿qué voy a hacer?

Tener que definir el rumbo en un momento en el que nuestras neuronas están teniendo cambios y migraciones en nuestro cerebro, resulta más complicado. No lo digo yo, me respalda la ciencia, a esa edad, nuestro cerebro procesa una actividad desconocida por muchos pero que genera comportamientos de confusión, hasta llegar a un patrón de adaptabilidad y ahí es cuando la sociedad, los colegios, los padres o nosotros mismos, nos ponemos contra la pared para escoger, lo que con tan poca información, debe terminar en una buena opción.

Un ejemplo de ello es mi marido… una semana quería ser piloto, la otra, ingeniero de petróleos, ingeniero industrial, biólogo marino o médico y la sicóloga del colegio le decía: esta semana, ¿qué quiere ser Forero… ?

Así que decidió dedicarse seis meses a trabajar y, por cosas de la vida, su  abuelo enfermó y eso lo ayudó a definirse por la medicina.

Ahora él, ya 33 años después, no es solo médico, tiene la matemática de un genio de la ingeniería, no es piloto pero su trabajo lo ha llevado a conocer más de 36 países, y tiene la sensibilidad y capacidad de investigación que tendría un biólogo al meterse al mar, él es más que todo lo que quería ser a sus diecisiete años; también es papá de un hijo que adoptó, el mío, es un esposo como pocos, procura siempre el bienestar de su familia, es amoroso, cariñoso y tierno, es excelente hijo, buen hermano; también tengo que decir que no es bueno escuchando, comprende mejor cuando lee, es gruñón a ratos, y lo estresan los viajes y las injusticias.

Es médico pero trabaja en una multinacional en la parte directiva de mercadeo y comercial; exigente a morir, con él y con los demás.

Sin embargo, si yo dijera sólo una de sus características, ¿lo podría definir?

Definitivamente no, y las que señalé  en este escrito sólo fueron unas pocas para tratar de definir su grandeza.

Piensen que cuando ustedes se presentan: «mucho gusto, soy fulana y soy….», generalmente sigue nuestra profesión u ocupación, pero no somos eso, inmediatamente nos escuchan, nos meten en una casilla establecida de preconcepciones, de definiciones de esa palabra, pero el problema no radica en lo que piensen los demás, el problema es que cuando nos creemos el cuento de que somos lo que decimos que somos, en una sola palabra, nos estamos limitando a ese esquema, y a veces son las mismas personas que al vernos hacer multiplicidad de tareas nos piden que nos definamos…

Pregunto: ¿por qué esa necesidad tan absurda y repetitiva de definirnos si somos una conciencia de infinitas posibilidades?

Hoy, en este momento, si tu trabajo no te llena lo puedes cambiar, si aquello que has venido haciendo durante años no te da alegría, no sientas miedo de escoger lo que verdaderamente te apasiona; si lo que tienes te da reputación en este mundo que vive de la apariencia y ya no te satisface, pon a un lado tu ego y dale gusto a tu razón, escoge ser todo, entrégate a la nada donde toda opción aparece porque está vacía.

Trae tus habilidades, tus gustos, tus alegrías, tus fortalezas, y hasta las debilidades que podrían ser buenas consejeras.

No sientas miedo de empezar aquí, ahora, no estás en una caja, el único que decide encerrarse o no eres tú; no busques ser como alguien que admiras, tienes características más importantes y es tu unicidad, eso que eres tú y solamente tú, y aunque quisieran imitarte jamás lo harían igual.

Si estás leyendo esto es porque ese cambio de actividad, carrera o simplemente una definición cerrada de lo que eres, necesitaba un redireccionamiento, una nueva apertura, lo que escojas estará bien, y cómo dice Facundo Cabral quien hace lo que ama estará benditamente condenado al éxito.

Así que bienvenido a tu nueva percepción de ti mismo en este mundo de infinitas posibilidades, tu mente te dirá qué quisieras ser, pero tu conciencia, que te conoce no solo de esta vida, te dará un abanico de potencialidades y, lo mejor, es que  no tienes que elegir porque ya “eres” y eso, lo tienes plenamente incorporado.