CÓMO AGRADAR A DIOS FIJANDO METAS DE FE
No podemos tener control sobre las circunstancias que nos rodean, pero sí sobre nuestras decisiones. Estos dos últimos años nos han enseñado que los planes a largo plazo se pueden desviar de manera muy fácil. ¿Cómo planear tu vida en tiempos inciertos como los que atravesamos ahora?
POR PASTOR RICK WARREN / FOTOS PIXABAY
Santiago 4:15. “Lo que deberían decir es: si el Señor quiere viviremos y haremos esto o aquello”.
Algunos han estado yendo con la corriente en los últimos años, en lugar de eso, mientras más inciertos sean los tiempos, debemos establecer planes a más corto plazo y con humildad. Podemos hacerlos con base en estas preguntas: ¿Quién deseo ser en realidad? ¿Para qué quiero que mi vida cuente? ¿Cómo espero contribuir con mi vida? Y el primer principio para darle forma a tu “futuro yo” y convertirte en quién quieres ser, es el de alabar a Dios aun cuando no tengas ganas de hacerlo. Así comprobarás el poder de la alabanza.
El segundo principio es: ¿Cómo agradar a Dios fijando metas de fe? Hebreos 11:6. “En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios”. La forma de agradar a Dios no es con nuestras quejas, agradamos a Dios cuando confiamos en Él, cuando dependemos de Él, cuando actuamos con fe.
Seis razones para entender por qué fijar metas en fe puede cambiar nuestra vida:
- Fijarte metas es una responsabilidad espiritual: Jesús se fijó metas y tiene varios ejemplos en su ministerio. Los grandes personajes de la Biblia también se fijaron propósitos en fe. Filipenses 3:12-15. Pablo: “No quiero decir que ya llegué a la perfección en todo, sino que sigo adelante. Estoy tratando de alcanzar esa meta, pues esa es la razón por la cual Jesucristo me alcanzó a mí. Hermanos, no considero haber llegado ya a la meta, pero esto sí es lo que hago… me olvido del pasado y me esfuerzo por alcanzar lo que está adelante. Sigo hacia la meta para alcanzar el premio que Dios me ofreció, cuando me llamó por medio de Jesucristo. Entonces tengamos esa misma actitud todos los que hemos llegado a la madurez”. Uno vive la vida por diseño o por defecto. ¿Planeas tu vida o vas a la deriva? Si no te planteas metas permites que otros controlen tu vida.
- Las metas son declaraciones de fe: Efesios 3:20. “Dios tiene el poder para hacer mucho más de lo que le pedimos. ¡Ni siquiera podemos imaginar lo que Dios puede hacer para ayudarnos con su poder!”. Dos de los errores más comunes es fijar los objetivos muy por lo bajo o pretender conseguirlos demasiado rápido. Si tu meta está a tu alcance, no es una meta de fe. Quiero desafiarte a que sueñes en grande para tu vida. Soñar no cuesta nada, no se necesita tener dinero para soñar. Pero ¿cuál es la diferencia entre una meta y un sueño? Una meta es un sueño con una fecha límite para alcanzarlo. Si no establecemos una fecha, solo será un sueño. Mateo 9:29. “Que se haga conforme a la fe que ustedes tienen”. Lo más importante es preguntarte: ¿Esta meta requerirá que tenga fe en Dios, me obligará a confiar en Él? Si puedes hacerlo en tus fuerzas, no es una meta de fe.
- Las metas enfocan mi energía: nuestra cultura se caracteriza por tener muchas distracciones y de ahí nuestro déficit de atención. El secreto de la efectividad es el enfoque. 1 Corintios 9:26. “Así que yo no corro como quien no tiene meta; no lucho como quien da golpes al aire”. ¿Has estado jugando con tu vida durante la pandemia del Covid? Es hora de que empieces a formar tu “futuro yo”.
- Las metas me hacen seguir adelante: las metas te dan resistencia, dedicación, persistencia, esperanza para seguir adelante; te dan poder para resistir, sin metas no tenemos una razón para levantarnos cada mañana. Sin metas la gente se rinde. Job 6:11. Job: “¿Me quedan fuerzas para esperar o tengo una meta que me impulsa a seguir?”. Hace años leí un estudio sobre los sobrevivientes del Holocausto. Las personas que lograron vivir en los campos de concentración nazi, donde más de seis millones de víctimas perdieron la vida, lo que poseían en común era algo que los motivaba. Tenían metas en sus vidas. Las metas impiden que te desalientes. Nadie escapa de tener reveses, no vamos de un triunfo a otro, pero las metas nos dan aliento para continuar.
- Las metas forjan mi carácter: el mayor beneficio de las metas no es lo que logras, sino en quién te conviertes en el proceso. Establecemos nuestras metas y ellas nos forman a nosotros. Mientras trabajas en tus metas, Dios va a trabajar en ti. Filipenses 3:12b. Pablo: “Estoy tratando de alcanzar esa meta”. En otras palabras, dice: no me rindo, trabajo centímetro a centímetro. Nunca me convertiré en lo que Dios quiere que sea, sino soy intencional.
- Las buenas metas serán recompensadas: hay dos maneras en que puedes ser recompensado: eres reconocido por las personas en la Tierra, y eres galardonado por Dios en la eternidad. Proverbios 11:27. “El que hace el bien, se gana el respeto de los demás…”. Todos queremos ser respetados, tener dignidad y que los demás nos valoren. Celebramos a Martin Luther King Jr. porque él dio su vida por metas altruistas. Él fue pastor de una iglesia bautista y todo lo que hizo fue para la gloria de Dios. Honramos y somos recompensados cuando tenemos buenas metas, pero nunca olvidemos que nuestra verdadera recompensa es la que perdurará para siempre. 1 Corintios 9:25-26ª. “Todos los atletas se entrenan con disciplina. Lo hacen para ganar un premio que se desvanecerá, pero nosotros lo hacemos por un premio eterno. Por eso yo corro cada paso con propósito”. Debemos establecer metas con propósito. Pregúntate: ¿Cuál es la meta personal más importante que me gustaría alcanzar en los próximos 100 días con ayuda de Dios? No solo metas egoístas sino metas que te permitan ayudar a alguien más. No vivimos para nosotros mismos sino para apoyar a otros.
¿Qué tipos de metas son las que Dios bendice?
Estas preguntas nos permiten evaluar si nos hemos planteado metas de fe:
- ¿Mi meta honrará a Dios? 1 Corintios 6:20. “… porque Dios los ha comprado por un precio. Así que con su cuerpo honren a Dios”. 1 Corintios 10:31. “… ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios”. Con la actitud correcta de gratitud y la motivación para honrarlo y amarlo. 2 Corintios 5:9. “Por eso nos empeñamos en agradarle…”.
- ¿Mi meta está motivada por el amor? Dios no honrará una meta motivada por la codicia, o el ego, o por la competencia o la culpa, por vergüenza, por envidia… 1 Corintios 16:14. “Y hagan todo con amor”. 1 Corintios 14:1. “Que el amor sea su meta más alta”. El problema de las metas sin amor es que terminan manejando a todo el mundo, incluso a ti mismo, como objetos manipulables. Tienes que usar cosas y amar a las personas, no al contrario.
- c. ¿Mi meta requerirá depender de Dios? Hebreos 11:6. “De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios”. Romanos 14:23. “…Y todo lo que no proviene de fe, es pecado”. Proverbios 16:9. “El hombre planea su futuro, pero Dios le marca el rumbo”.
Estos son los 3 recursos que vas a necesitar los próximos 100 días para alcanzar tus metas y darle forma a tu futuro yo:
- Necesitaré que el Espíritu de Dios me empodere: Zacarías 4:6. “No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu –dice el Señor Todopoderoso–”.
- Necesitaré que la Palabra de Dios me guíe: debemos sumergirnos en la Palabra de Dios que es nuestra brújula. Josué 1:8. “Que no se aparte nunca de tu boca este libro de la ley, medita en él de día y de noche y obedécelo al pie de la letra. Solamente así tendrás éxito”.
- Necesitaré el apoyo del pueblo de Dios: no estamos hechos para estar solos. Eclesiastés 4:12. “Y uno solo puede ser atacado y vencido, pero dos, espalda contra espalda, pueden resistir y triunfar; y tres son aún mejores, pues una cuerda de tres hilos no es fácil de romper”.
Oremos: Padre, sabemos que harás cosas increíbles en los próximos cien días en nuestras familias. Alabándote y fijando metas en fe, tendremos vidas transformadas, harás milagros y te damos las gracias de antemano por lo que va a ocurrir. Padre, te pido que recibamos este mensaje en nuestros corazones, que seamos hacedores de tu Palabra y que nos tomemos en serio darle forma a nuestro futuro yo, que no vayamos a la deriva dejándonos guiar por las circunstancias, queremos empezar el propósito de vivir la fe intencionalmente.
¿Qué tengo que hacer hoy para llegar a donde necesito estar mañana? Padre, no quiero quedarme estancado, no quiero caminar sin rumbo, este año quiero ser diferente, quiero ser mejor, quiero madurar mi carácter. Te pido que me ayudes a fijar metas de fe, y le pido a tu Espíritu que me empodere para alcanzar estas metas, no puedo hacerlo en mis propias fuerzas, te pido que me guíes, gracias por tu ayuda. Abro mi corazón y recibo a Jesús en mi vida. Solo digo: “Señor quiero ser tuyo”. Amén.
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