TRES TRANSICIONES IMPERATIVAS PARA EL 2017

Muchos de nosotros tenemos la tendencia a quedarnos estancados, porque nos sentimos más cómodos en la rutina que en las turbulentas aguas del cambio. Sin embargo, cuando aprendemos a confiar en Dios de forma más profunda, nos dejamos transformar y alcanzamos una bendición mayor.

Por ALFREDO BARRIOS

PRESIDENTE CENTRO CRISTIANO EMPRESARIAL FE EN ACCIÓN

La mayoría de las personas no van de bendición en bendición porque normalmente se quedan estancados en la misma revelación que recibieron en primer lugar de parte de Dios. Debemos prepararnos para crecer en bendición, con estas tres transiciones imperativas:

1. DE SER A SER

Andrés, el hermano de Simón Pedro, estableció un precedente para nuestras vidas. Un día, mientras él y Juan El Bautista caminaban juntos con otro discípulo, Juan vio a un hombre que se acercaba y exclamó: «He aquí el Cordero de Dios… es necesario que Él crezca y que yo mengüe. Él debe tener cada vez más importancia y yo, menos”. Juan 1:29.

Andrés, confundido con las palabras del profeta, que era su maestro, miró a Jesús que se acercaba. Él tenía la capacidad de aceptar la verdad cuando la oía, y aquel día se convirtió de ser un seguidor de Juan El Bautista a ser un discípulo de Jesús.

Pasaron el día con Jesús, y Andrés se entusiasmó tanto que corrió a su casa a decirle a su hermano, Simón Pedro, que había encontrado al Mesías. Su convicción estaba tan a la vista que Simón Pedro tuvo que ir y ver a Jesús por sí mismo, y él también lo siguió.

¿Estamos deseosos de dejar la bendición que estamos recibiendo para recibir una bendición mayor?

En Isaías 43:18-19 el Señor dice: “No se acuerden de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a la luz; no la conoceréis”.

Dios está enviando el aceite fresco de una nueva ola de su Espíritu. Es una nueva generación de creyentes puros, guiados por el Espíritu Santo, comprometidos, llenos de fe, ungidos, que se levantarán y tomarán su destino. Éstos son hombres y mujeres de Dios, que creerán en Él y no pararán hasta encontrar su destino en Él.

Nuestra fe debe tomar coraje al saber que aquellas cosas pueden suceder nuevamente, porque Jesús nunca cambia. Lo que hizo entonces lo hará ahora.

2. DE INTIMIDADO A INTIMIDADOR

Salmo 9:6ª. “El enemigo está acabado, quedó en ruinas eternas”. Una vez un pastor le pidió al Señor que le mostrara qué tipo de persona era la que recibiría los nuevos odres dentro de los cuales Él podría derramar de su Espíritu en un avivamiento fresco.

En tanto que él estaba considerando esa pregunta, salieron de viaje para visitar a unos amigos en otra ciudad. Mientras estaban de visita, los invitaron a comer en un restaurante, donde encontraron que los meseros y las meseras estaban disfrazados. Con una rápida mirada al personal pudo ver disfraces de Batman, Bugs Bunny, Indiana Jones, la Mujer Maravilla y muchos otros. ¿A que no saben quién vino como mesero a atenderlos? ¡El diablo!

El amigo se disculpó y dijo: «Perdóname si yo hubiera sabido que el diablo nos iba a servir de mesero en nuestra mesa nunca te hubiera traído aquí». Él le respondió con calma, está bien, ¡hoy ando buscando un encuentro cara a cara con el diablo!.

El mesero estaba vestido con todos los detalles completos, su traje rojo, cuernos, un tridente, cola, capa y todo lo demás. Al acercarse a la mesa, habló con su voz más villana: «¡Hola, yo soy el diablo!».

A lo que el Pastor contestó rápidamente: “!Hola, te reprendo en el nombre de Jesús!”. De alguna manera sorprendido, el hombre dijo: “¿usted qué…?”

Luego de hacer el pedido, el hombre les dijo: “Síganme a la barra de ensaladas”. “No. Usted sígame”, le respondió el Pastor. “Yo no sigo al diablo a ninguna parte”.

Sorprendido, el mesero preguntó: “¿Usted es un predicador o algo así?”. Él le respondió, “…o algo así”.

Todos se rieron y tuvieron  la oportunidad de testificarle al joven durante la noche. Cuando estaban saliendo, Dios le habló al Pastor y le dijo: “Hijo, esa es la forma en que deseo que trates al diablo en tu vida real”.

Es tiempo de que el cuerpo de Cristo que somos todos dejemos de estar intimidados por el mal y que comencemos a ser intimidadores.

3. DE DÉBIL A FUERTE

Joel 3:10. “Entrenen aun a los más débiles para que sean guerreros”.

María Woodworth – Etter fue una mujer que se sobrepuso a múltiples obstáculos para levantar uno de los más grandes ministerios sobrenaturales de la era moderna. Fue llamada a la predicación cuando era una joven de 13 años. Su iglesia no admitía mujeres predicadoras, tuvo un desastroso matrimonio, sufrió una grave enfermedad, y murieron cinco de sus seis hijos, pero nada de esto la hizo renunciar.

Los resultados de su ministerio son absolutamente sorprendentes. Después de una de sus reuniones, el avivamiento fluía maravillosamente. Por 35 kilómetros a la redonda hombres y mujeres “caían al suelo” o tenían “maravillosas visiones”. Muchos de ellos se convirtieron.

En una ocasión,  un testigo ocular en una de sus reuniones dijo que vio a la señora Woodworth – Etter caer bajo el poder del Espíritu Santo cuando predicaba, y que ella quedó tres días en la misma posición. El poder de Dios fue tan fuerte durante ese tiempo que los milagros continuaban sucediendo hasta el momento en que se levantó. Cuando se despertó, ella completó la frase que estaba diciendo en el instante en que había dejado de hablar tres días atrás.

El poder de Dios era tan fuerte en sus reuniones que en una ocasión un hombre que estaba ridiculizando las obras que Dios hacía, y diciendo cosas horribles acerca de ella y del poder de Dios, de golpe cayó a tierra y quedó paralizado.

Debemos renunciar a funcionar en la vida con un corazón quebrantado, con heridas sin sanar. Dios pondrá gloria en nuestras cenizas y nuestras vidas serán llenas del poder de Dios.