RUDDY RODRÍGUEZ

“QUIERO SER MAMÁ”

Está de película: protagoniza La casa del fin de los tiempos, y hace parte de la teleserie Cumbia ninja. Aquí la tienen con sus confesiones.

Por Víctor Manuel García Medina.

Fotos: Cortesía Archie Rojo /Aníbal Mestre / Archivo Particular

En noviembre de 1985, un año antes de su debut como actriz en la telenovela venezolana Enamorada, compitió en Miss Mundo, en Londres, donde se impuso a la colombiana Margarita Rosa de Francisco obteniendo el cuarto lugar. El resto es historia: es una actriz que se ha parado soberbia sobre el escenario latinoamericano y europeo. Ha hecho cine, televisión, teatro, ha sido modelo, presentadora, cantante, es empresaria y está felizmente enamorada de su marido, el rejoneador colombiano Juan Rafael Restrepo.

Su nombre: Ruddy Rosario Rodríguez de Lucía. Nació en Anaco (Venezuela) hace 46 años, 27 de los cuales los ha dedicado al mundo de los personajes ajenos y siete a vivir en Colombia.

MIRÁNDOTE A LOS OJOS

En la intimidad de su hogar, en Bogotá, nos recibió con los brazos abiertos, siempre sonriente, siempre amable, para un charla desnuda como nunca antes había tenido con un medio.

¿Cuando mira hacia dentro se siente satisfecha con lo que ve?

“Definitivamente sí y aunque me siento satisfecha, debo seguir aprendiendo de mí misma”.

¿Cuál ha sido el momento más importante de su vida hasta hoy?

“En lo profesional, cuando decidí internacionalizarme e irme de mi país. En el ámbito personal, fue hace dos años cuando me casé con Juan Rafael Restrepo. Desde el día que él me pidió la mano en la Plaza de Toros de Ibagué supe que ese momento era el más importante en mi vida. Juan me pidió que me casara con él al frente de cuatro mil personas en una de sus corridas. Recuerdo que ese día se quitó el sombrero y me lo pasó para que viera lo que tenía adentro: era una bolsa, cuando la destapé me di cuenta que era un anillo. Luego, me dijo: “¿Te quieres casar conmigo?” Fue algo muy emocionante, tan público y privado a la vez que lo recuerdo como si hubiese sido ayer”.

¿Cómo ve su existencia desde los cuarenta y seis?

“Veo un avance gigantesco respecto a la Ruddy que comenzó en esto, con lo que no quiero decir que ya crea que me las sé todas o que quiera parar. Por el contrario, siento que todavía me hace falta aprender y experimentar otros personajes, quiero que la gente me vea en otras facetas, me siento capaz de hacer muchos más proyectos de acción o incluso policíacos. La gente no sabe que tengo habilidad con las armas, que tengo la facilidad para hacer cualquier deporte extremo. Mi esposo no puede creerlo: apunto y disparo bien”.

Viene la serie Cumbia Ninja y una película de terror, La casa del fin de los tiempos, donde se convierte en una anciana de 75 años. Experiencia y expectativas con estos proyectos:

“Cumbia Ninja es una serie juvenil que combina la violencia de barrio con la música para dejarle un mensaje de reflexión a los jóvenes. Es una producción a la que me le quito el sombrero porque está llena de valores, de mística, danza y talento que busca cambiar las armas y la violencia por la música. En cuanto al filme, interpreto a Dulce, una mujer que se encuentra con apariciones y es víctima de fenómenos sobrenaturales. Fue un gran reto, la oportunidad perfecta para que la gente me vea en un personaje diferente. Ser una anciana me costó, durante cada día de la filmación, once horas inmóvil al frente de Alex Mathews, un maquillador a quién admiro porque realmente me dejaba como una anciana fría, con una mirada amargada y tenebrosa”.

CAMINANDO SE LLEGA LEJOS

Ruddy gesticula, no tiene poses hechas, es cercana, habla en suave acento venezolano despachando frases honestas y directas.

¿Cómo le ha ido en el matrimonio con Juan Rafael?

“Un matrimonio es una colaboración mutua y constante. Cada día aprendo cosas nuevas y descubro otras que nos aportan para ser mejores. Juan Rafael es un apoyo importante en mi carrera. Recuerdo que cuando terminaron de proyectar la película de terror La Casa del fin de los tiempos, el día del lanzamiento, me miró fijamente: esa mirada me lo dijo todo, se sentía muy orgulloso de mí y de mi trabajo. Eso es muy gratificante. Contar con su apoyo, me hace muy feliz”.

¿Ha pensando en ser madre?

“Claro que quiero ser mamá, sueño con serlo. Estamos en eso”.

Cuéntenos sobre su faceta de empresaria.

“En este momento a Ruddy Rodríguez Natural Care, producción y venta de mis productos de maquillaje y cuidados para la piel, le va muy bien en Venezuela. Mi idea es traer la empresa pronto a Colombia. Estoy dedicada revisando todos los aspectos legales y la parte del Invima”.

¿Qué le hace falta en la vida?

“Más proyectos en donde me divierta, quiero trabajar más en cine, hacer series, sin dejar de lado las telenovelas. A nivel personal, agrandar la familia no solo en número sino que los dos estemos colaborando para que la familia esté bien y en armonía, lo cual no es un trabajo fácil, es algo de todos los días”.

Se hace el silencio. Sus ojos oscuros como la noche de su llano venezolano, y sus dientes blancos, perfectamente alineados en su rica boca de media luna, iluminan la sala. De súbito, un “¡Hasta pronto, Ruddy Rodríguez!” queda congelado en la memoria durante los últimos minutos de la despedida.

– Serena, carismática, tierna, paciente. Así califican a Ruddy sus cercanos. Ha sido imagen de productos como jabón Lux, pantalones Ferrucci, Keops de Venezuela, entre muchos otros.

– La estrella de 1.74 metros de altura se casó por segunda vez, con el rejoneador colombiano Juan Rafael Retrepo. Viven en Bogotá.

– En 1987, actuó 23 segundos en la película Alta tensión, con Timothy Dalton. Su debut internacional en las telenovelas lo hizo en Colombia, con Las Ibáñez, en 1989. Hoy, protagoniza el filme La casa del fin de los tiempos.

“Un matrimonio es una colaboración mutua y constante”.