LENGUAJE Y COGNICIÓN: FÓRMULA EFECTIVA EN LA TOMA DE DECISIONES
Reflexionar sobre el pasado, meditar con relación al futuro y pensar en las posibilidades actuales, son elementos claves de la cognición humana. Sin embargo, el hecho de referirnos a estos aspectos se lo debemos a otro proceso: el lenguaje.
POR NATALIA ROSALEM GUZMÁN
PSICÓLOGA FUNDACIÓN UNIVERSITARIA KONRAD LORENZ
Los seres humanos somos animales con sistemas básicos y complejos que se interrelacionan para permitir que nos desarrollemos, sobrevivamos y nos relacionemos con nuestros pares. La cognición y el lenguaje son dos de estos procesos superiores que hacen parte de la complejidad de las personas. Por años la psicología ha buscado comprender a profundidad estas fases para tener una visión universal de lo que implica el comportamiento humano.
Reflexionar sobre el pasado, meditar con relación al futuro y pensar en las posibilidades actuales, son elementos claves de la cognición humana, que se refiere a todos aquellos sucesos mediante los cuales adquirimos, procesamos y utilizamos la información. La cognición está presente en el razonamiento, el aprendizaje, las emociones, la inteligencia y la memoria. Sin embargo, el hecho de referirnos al pasado, presente y futuro, se lo debemos a otro proceso: el lenguaje.
El lenguaje, según lo planteado por Charles Morris y Albert Maisto en el libro Introducción a la psicología, es “la facultad natural que posee el ser humano a través de un sistema flexible de símbolos para comunicar o transmitir los pensamientos por medio de reglas o gestos”. Lo interesante del lenguaje humano es que es semántico. Esto implica que tiene significado, y transmite definiciones exactas y detalladas sobre un suceso. Otra de sus características es el desplazamiento, el cual permite que hablemos acerca de una situación que ocurrió en un tiempo y espacio diferentes con alguien que nunca estuvo ahí o que no ha vivido una experiencia similar.
Justo así, como en el viejo enigma de “¿qué fue primero, el huevo o la gallina?”, ocurre algo similar con el lenguaje y la cognición, ¿cuál fue primero?, ¿cuál es el papel del lenguaje en los procesos de pensamiento?, ¿el lenguaje sólo es un canal para expresar lo que analizamos?, ¿podemos pensar sin palabras? Veámoslo.
Cultura, cognición y lenguaje
La cultura, el lenguaje y el pensamiento están entrelazados. Las palabras están creadas para capturar y expresar aspectos y situaciones. De cierta manera, las palabras moldean los pensamientos. Sin embargo, las personas pueden pensar en cosas para las que no hay palabras. Un ejemplo de esta afirmación se da en la etnia Dani, en Nueva Guinea: esta tribu solo tiene dos categorías de color el “claro” y el “oscuro”. No obstante, en estudios realizados con la población, se ha descubierto que pueden identificar y recordar los espectros de colores conocidos por otras culturas.
La situación anterior indica que el lenguaje influye en el pensamiento aunque no necesariamente llegue a restringirlo. De hecho, el lenguaje se va moldeando a medida que experimentamos y enfrentamos nuevos contextos. Hace 100 años nadie usaba las palabras “internet”, “wifi” y “celular”, sin embargo, hoy hacen parte del vocabulario diario.
Imágenes mentales
Si alguien nos dice que pensemos en Albert Einstein puede que, inmediatamente, se vengan a nuestra mente ideas relacionadas con Física y Ciencia. Además, pueden llegar imágenes mentales de su rostro y su bigote. Esto es debido a que las imágenes o representaciones mentales no verbales son muy fuertes. Tenemos la capacidad, si nos lo proponemos, de visualizar la Estatua de la Libertad, imaginar rostros de personas y escuchar una canción favorita. Si bien es posible pensar con base en imágenes, la evolución cognitiva del ser humano se debe –en gran parte– al desarrollo de las representaciones semánticas. Esto implica que la cognición y el lenguaje son procesos que van de la mano, no existe uno sin el otro, y no puede evolucionar uno si el otro no lo hace también.
Solución de problemas y toma de decisiones
El uso de la cognición y el lenguaje se ven representados en procesos como la solución de problemas y la toma de decisiones. Evolutivamente, el hecho de que el Homo sapiens se haya enfrentado a una situación compleja hace 300.000 años influyó en que hoy el Homo sapiens posea estructuras complejas. Esto hace capaz al ser humano para que, a partir de formaciones semánticas y habilidades cognitivas más desarrolladas, proporcione una solución con un nivel de estructuración más alto ante una dificultad o contratiempo.
La toma de decisiones, por su parte, es una clase especial de solución de problemas en la cual el objetivo es identificar la mejor opción disponible o que se acople de mejor forma a necesidades particulares.
La cognición y el lenguaje interactúan y posibilitan un adecuado proceso en la toma de decisiones. En efecto, elecciones triviales pueden ser asumidas a diario, pero que una determinación sea tomada con rapidez no necesariamente implica que sea acertada o errónea. Lo que sí puede dejarnos ver es cómo el “marco mental de referencia” que ha construido cada individuo con relación a sus vivencias se refleje en el resultado de su elección. Devela, entonces, características personales como la impulsividad, la inseguridad y la responsabilidad.
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