María Carolina Hoyos Turbay: “CÓMO LOGRÉ INCUMPLIRLE UN JURAMENTO A LA PERSONA QUE MÁS HE QUERIDO EN LA VIDA”
Este relato, autobiográfico e íntimo, resulta desgarrador y con una honestidad brutal. Es la voz de una de las víctimas que ha dejado el narcotráfico en Colombia: “Desde el fondo del mar”.
POR MELISSA TOVAR GUERRERO
El escritor Juan José Millás afirma que la escritura actúa de una forma particular, que es como un bisturí, al mismo tiempo que abre la herida la cauteriza. En su libro menciona que no fue apresurada la decisión de contar su historia. ¿Por qué eligió el camino de la escritura para relatar el que, quizá, es su testimonio más personal?
Definitivamente, haber escrito este libro, pasados veintiocho años del asesinato de mi madre, hizo que tomara conciencia sobre lo que me había pasado, tuve un proceso de recuperación y parte de mi catarsis fue escribir el libro. Tiene razón, la herida se puede abrir, pero cada vez que se abre realmente está sanando de manera segura.
Hay varios símbolos en el libro: Desde el título, que tiene una imagen poética, Desde el fondo del mar, hasta cómo lo enlaza con el buceo que practica desde los catorce años. ¿Por qué emplea los símbolos como recurso para acercar a los lectores a su historia?
Sí, es un libro de simbolismos. De hecho para educar a mis hijos he utilizado los simbolismos como mecanismo lúdico para explicar mejor lo que quiero decir. En el libro hice un símil con el buceo, mi gran pasión en la vida, y a través de grandes imágenes, inclusive de señales realizadas debajo del agua porque es la manera en la que se comunican los buzos, los empecé a relacionar con cada uno de los pasos que he tomado en mi vida para solucionar los problemas. Cómo por medio de estas señales yo podía explicar lo que iba sintiendo desde el día en que secuestraron a mi mamá, la asesinaron, le juré que no volvería a sonreír jamás y cómo logré incumplirle este juramento a la persona que más he querido en la vida.
La obra tiene una riqueza particular: Es un libro narrado en primera persona con el propósito de hacer un relato personal y, sin embargo, toda la intención y el planteamiento es para darles herramientas a los lectores, brindarles una metodología para que puedan salir adelante de las adversidades. ¿Cómo logró esta estrategia?
Así es, yo no tengo mi vida resuelta, sufro y tengo problemas como todos los mortales. Lo que sí resolví fue no detenerme en el dolor en mi vida. Tengo una manera particular de solucionar los problemas, sumamente lógica, unos pasos que de manera intuitiva he repetido una y otra vez, con el asesinato de mi madre, con la separación, con la pérdida del trabajo… con cada una de las dificultades que vienen a mi vida me he dado cuenta que es de esa manera en que yo las resuelvo. Por eso mientras voy contando mi historia ─que además es la historia narrada desde las víctimas en un momento donde las series de narcotráfico han contado una manera distinta de ver a los narcotraficantes─ también quería contar la historia desde el dolor desgarrador que se siente cuando el narcotráfico entra en las vidas y, literalmente, las desbarata. Mientras contaba esta historia, que es muy íntima porque me muestro tal como soy con mis dolores y debilidades, iba compartiendo esto porque creo que los mejores libros que se pueden leer son los que dejan enseñanzas, herramientas para aplicar, reflexiones que motiven a hacer algo con la vida después de la adversidad. Quería compartir, desde mi imperfección, lo que siempre me ha funcionado.
La historia del secuestro y posterior asesinato de su madre es muy cercana para los colombianos. Recordamos su legado en el periodismo, su liderazgo y ejemplo. ¿Por qué decidió contar una historia que, aparentemente, ya conocíamos?
Así es. Creo que Colombia lloró a esta víctima, a Diana Turbay, como lloró a miles de víctimas más que dejó el narcotráfico. Al ser una víctima tras otra Colombia no alcanzó a llorar 24 horas la muerte de mi mamá cuando ya estaba llorando a otra víctima. Lo que sucede es que yo me detuve en la pérdida de mi mamá y la lloré por siempre a ella. Probablemente porque fue tan desmedida la violencia en nuestro país, por culpa del narcotráfico, que inclusive no pudimos conocer las historias de los grandes personajes que la gente lloró, ni siquiera tuvimos tiempo de reflexionarlas ni de entenderlas porque venía el siguiente totazo, el siguiente bombazo, el siguiente secuestro. Estoy absolutamente segura que la historia no la conocen. No es la única en nuestro país, puede ser la de muchísimas familias que quedaron incompletas por culpa de Pablo Escobar.
¿Consideró el riesgo de que la tragedia de su familia se olvidara si no se escribía, que no se recordara la dimensión del daño ocasionado?
También pensé en eso. Probablemente no fue mi principal motivación, pero me afanaba que muchos han contado la historia desde el lado del narcotráfico, sin embargo era importante completar lo que sucedió con la visión desde las víctimas. No soy la primera víctima que escribe, sin lugar a dudas, pero quería ayudar a completar y a poner un granito de arena en la historia. Sobre todo me importaba dejarle un testimonio a mis hijos de quién fue su abuela Diana.
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