EL CUERPO, TEMA TABÚ EN LA SOCIEDAD

En Occidente el cuerpo no es una realidad autoevidente, sino fruto de un largo proceso histórico. Natura Cosméticos realizó una investigación con mujeres de Colombia, Brasil, México y Argentina, y estos son los resultados.

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Paula Pinto, antropóloga.

Paula Pinto, Licenciada en Ciencias Sociales y con doctorado en Antropología Social de la Universidad de San Pablo, lideró el estudio para Natura Cosméticos. “En el contexto de América Latina –dice– es muy similar cómo se perciben las mujeres por la educación tradicional que reciben. Aprendemos a cuidarnos y a estar preocupadas por la apariencia, pero interiormente no nos sentimos tan inclinadas a pensar en el tema o a sentirnos seguras”.

La doctora Pinto agrega que esta situación es el resultado de la educación de género que está llamada a revaluarse. “En Brasil, por ejemplo, el cuerpo de una mujer tiene que estar trabajado con gimnasia o con cirugía plástica, porque vivimos en un contexto tropical y el cuerpo está expuesto la mayor parte del tiempo. Sin embargo, no es verdad que la mujer brasileña se perciba como más liberal. Estamos más expuestas pero tenemos las mismas inseguridades del resto de mujeres latinoamericanas. El otro es más importante que nosotros. Debemos cuidar de mamá, papá, esposo, hijos, el otro está primero y nosotras nos quedamos relegadas. Esto lleva a una preocupación con el exterior y no necesariamente con lo que siente en su interior”.

Según arrojó el estudio, el proceso educativo influye en este contexto y también es el resultado de la industria de la belleza; “los medios de comunicación, por ejemplo, nos dicen por medio de la publicidad, los senos deben ser talla X, y no importa que sea una mujer proporcionada, ella va a querer verse como lo impone la moda, aumentando los senos, la cola, aplicando el tinte que todas usan y con la ropa que marca la tendencia”, comenta la investigadora.

¿Qué significa que las mujeres perciben sus cuerpos fragmentados?

Al terminar el estudio concluimos que no es “mi cuerpo”  soy “yo cuerpo”, yo soy un cuerpo porque no existo sin mi cuerpo. Debo hacerlo por mí, no por mi cuerpo. Esta es una forma integral de pensar el cuerpo. La fragmentada es dejarse influenciar por lo que les marca la sociedad. Por eso, hay mujeres que sienten rabia por determinadas partes de su cuerpo, “no me gusta mis piernas, las odio”. Lo dicen con rabia, dolidas, con insatisfacción, obedeciendo a un proceso de fragmentación. El cuerpo es una cáscara que está afuera y la aprendemos a cuidar, pero se percibe como disociado de la esencia de la persona.

Invitamos a las mujeres a que hablen sobre este tema en particular. Cómo pueden usar su ‘empaque’ para expresar mejor su esencia. La perfección ideal que impone la sociedad no se puede lograr plenamente, queremos ser como la modelo que vemos en la publicidad, pero no lo logramos. La idea es que hablemos sobre esto, el cuerpo como una expresión de la persona. Lo que pasa es que las mujeres no hablan entre ellas sobre estos temas, hablan sobre dietas, maquillaje, productos, pero no con relación a “no sé quién soy”, “no sé qué quiero hacer”, “no sé si quiero tener hijos”, “si decido que no, cómo me puedo expresar como mujer”.

No hay pensamiento, reflexión o conciencia sobre quién soy. Se trata de encontrar un lugar en la sociedad para mí como mujer, independiente de si tengo esposo o hijos. Esto es individual y colectivo, porque cuando estoy en la calle me enfrento a lo que piensan los demás. Es más fácil copiar que hacer este proceso interior. Lo asimilamos porque es un patrón aceptado, es más fácil seguirlo que entrar a cuestionarme. La singularidad se logra cuando la mujer se mira hacia dentro. Me expreso como soy y como pienso.

¿Por qué se presenta la paradoja de querer cubrir el cuerpo?

Tiene que ver con la manera tradicional y recatada que se pretende imponer a la mujer para controlar su cuerpo, no eres dueña de tu cuerpo. Para volverse invisibles, que no digan que incita con su ropa a que se propasen con ella. Una manera casi religiosa, por moralidad, de percibir el cuerpo femenino.

¿Cómo establecer ese diálogo sobre el cuerpo femenino?

Empezar una charla con las mujeres entre mujeres. Si estamos dispuestas a hablar sobre esto y cambiar nuestra mirada hacia otras mujeres. La mayor parte de las veces somos muy críticas entre nosotras. Si está desaliñada piensan que está mal amada, que no tiene un hombre que la motive a verse bien, a ponerse bonita. ¿Estamos dispuestas a tener esta mirada amorosa hacia nosotras mismas y hacia las otras? Este es un punto de partida para que cada una tenga su propio proceso de reflexión y aceptación.

¿Por qué una marca invierte en este tipo de estudios?

Trabajo con Natura Cosméticos hace tiempo y esta es su verdad de marca. Nació hace 50 años y sigue siendo fiel a su filosofía. Cree en una mujer auténtica. Se ocupa de promover la ampliación de conciencia social y cultural y, con sus productos, hace entrar a las personas en contacto con el tema. Que cuando la mujer se aplica una crema entre en contacto con su cuerpo y consigo misma. Así cambia el mundo. La marca está hablando de esta verdad hace mucho tiempo y no lo hace porque ahora está de moda. Hace medio siglo decidió que no tendría modelos en sus revistas y las que protagonizan los materiales promocionales son mujeres reales, para que las mujeres se reconozcan. Ahí ya empieza la revolución y el empoderamiento. Es aspiracional porque me puedo parecer a ellas y es mucho más cercano que la modelo que no podré igualar.

Una mujer empoderada le aporta más a la sociedad. Las ejecutivas que venden la marca son un ejército de mujeres hablando entre sí sobre cómo deben percibirse.