SIDNEY JIMÉNEZ: COLOMBIA EN LA ESCENA MUNDIAL DEL ARTE LÍRICO
A los 20 años Sidney Jiménez le dio un sí sostenido al bel canto y su vida tomó un vuelco total. Los números, que habían ocupado sus días como matemático de carrera, les dieron paso a los grandes escenarios del mundo. Ahora lanza Trittico, un cortometraje musical en tres partes, para celebrar su exitosa trayectoria artística.
FOTOS JUAN CARLOS GUERRERO BELTRÁN Y FOTOS ARCHIVO PARTICULAR
LOCACIÓN HOTEL LA ESPERANZA SUESCA (CUNDINAMARCA)
Muchos podrían creer que llegó tarde al canto lírico, pero la verdad es que su poderoso talento lo llevó con pasos de gigante a prepararse y alternar con los más prestigiosos maestros y artistas de este virtuoso arte en el mundo. Cuando tomó la determinación de hacer carrera en la música todo se fue dando para que él incursionara en este privilegiado universo, antes reservado para las élites. Como si le extendieran la alfombra roja, llegaron las becas y Sidney Jiménez pudo dar el salto a los majestuosos teatros de Europa donde se codeó con los más renombrados directores, músicos e intérpretes del bel canto. Desde entonces recorre países para interpretar las más emblemáticas obras de ópera y zarzuela. Cumple 20 años de carrera artística y los celebra con el lanzamiento de Tríttico, el primer cortometraje musical hecho en Colombia, con repertorio popular.
¿Cuál es su balance de estas primeras dos décadas de trayectoria profesional?
Me siento muy afortunado y orgulloso de ser colombiano, ha sido un camino lleno de bendiciones. Recuerdo alguna entrevista que me hicieron en Cali para el diario El País y titularon: “Sidney Jiménez es profeta en su tierra”, y realmente siempre me he sentido así por el cariño que recibo de nuestra gente, y he tratado de que los colombianos valoremos lo nuestro. En “Tríttico”, mi nueva producción, nombrada así en italiano, incluimos en los viajes que hace la gaviota en el primer vídeo, algunas ciudades que me han impactado en otras partes del mundo: Machu Picchu, en Perú, e incluso ciudades más pequeñas como Trieste, en Italia; Caltagirone, en Sicilia; Budapest, etc. Pero también resaltamos las maravillas nacionales. Con el director visual, Rodolfo Bustos, mostramos algunas ciudades nuestras como Cartagena; y resaltamos a mi natal Ibagué, para darle mayor proyección como Ciudad Musical. Debemos valorar más nuestra tierra, nuestro patrimonio cultural, y que, así como nos deslumbramos con grandes destinos internacionales como Nueva York, que también está en el vídeo, le demos la altura e importancia a lo que nos corre por las venas.
¿Cómo desea celebrar estos 20 años de recorrido artístico?
Yo quisiera hacerlo al estilo de Pavarotti y sus amigos. “Sidney Jiménez y sus amigos” … jejeje, pero tocaría traerlos en varios aviones porque gracias a Dios tengo la fortuna y la dicha de contar con muchos amigos. A pesar de que siempre he sido una persona tímida, trato de ser auténtico y dar amor y eso mismo recibo de los demás. Guardo en mi corazón la gente que va dejando huella y, cuando estás en una labor tan maravillosa como es el arte, pues la vida es una pintura, una escultura, que vas puliendo con las experiencias.
¿Cuál es el compositor con el que más se identifica?
En ópera, con Puccini, quien refleja en sus obras la realidad; y en lo musical, el Verismo me apasiona mucho. Lo mismo ocurre con Moreno Torroba en la zarzuela y por eso mi romanza favorita es Amor Vida de mi Vida, y mi personaje favorito es don Vidal. En lo popular, me inclino por el compositor José Alfredo Jiménez, creo que influenció tanto a mi familia que por eso mi hermano fue bautizado con su nombre.
Para muchos cantantes, Verdi es un reto. ¿Para usted, Verdi también tiene ese grado especial de dificultad?
No, sin sonar pretencioso, siento que el repertorio de Verdi favorece a las voces grandes y da un especial lucimiento a las mismas. Así que disfruto mucho de sus roles y me encanta incluir en mis recitales el Aria Di Provenza y la muerte de Rodrigo.
¿Qué le dejó su participación como Vocal Coach del grupo de Andrés Cepeda en la primera temporada de La Voz Colombia?
Fue una gran experiencia que me dio muchas satisfacciones, primero la de trabajar junto a estrellas de la música comercial como Ricardo Montaner, Carlos Vives, Fanny Lu, Amaury Gutiérrez, Andrés Cepeda, Carlos Ponce, Gilberto Santa Rosa y Maia, entre otros. Tuve el placer de aprender junto a ellos de la industria musical y conservo lindos recuerdos.
¿Qué recuerda de su trabajo con Plácido Domingo?
Compartimos escenario en el Teatro Real de Madrid. El maestro Plácido Domingo era el protagonista de Simón Boccanegra, y coincidimos en las aulas. Él estudiaba ¨il Postino¨ y yo repasaba El barbero de Sevilla y algunas romanzas que venía a interpretar en la temporada del maestro Jaime Manzur. Tras escucharme me dijo que él pensaba que yo podría ser como uno de sus alumnos y me habló de Arturo Chacón, que había pasado de trabajar como barítono a cantar la cuerda de tenor, y me insinuó que era recomendable hacer una producción con música latinoamericana. Como siempre me ha gustado la música mexicana pues sentí un gran respaldo para interpretar el género popular. También recuerdo que me hizo la invitación para su academia en Washington; yo estaba gratamente sorprendido de ver que una figura como el maestro Plácido, con su talante artístico, se distinguiera también por su extraordinario don de gente, y con su carisma contagia a quien sea de su pasión por el género lírico.
¿Y una anécdota inolvidable al lado de Montserrat Caballé?
El día que conocí a la maestra Montserrat Caballé (q.e.p.d.), recuerdo que salí de casa en Barcelona y se quedó mi traje colgado en el armario; llegando a la estación de tren, me di cuenta que no llevaba el vestuario y me devolví a recogerlo. Perdí el tren para llegar a la ciudad de Zaragoza al Auditorio Mozart, en donde se iban a realizar estas clases magistrales. Tomé el tren de alta velocidad con una soprano amiga y le dije: hoy me ha pasado de todo, lo único que espero es que a la maestra no le dé por decirme que soy tenor. Efectivamente, estando en la clase, aseguró que soy un tenor dramático, de las características del maestro Plácido Domingo, “y -agregó- con un par de notas más que él: el sí y el do, pues vas a hacer una gran carrera; ya ves que Plácido Domingo siempre omitió esas notas, y te lo digo porque trabajé con él en varias producciones”. Y con picardía le dijo a su hija Montsa: “te dije que no te casaras”, y todo el auditorio soltó la risa. Fue una maravillosa experiencia y desde ahí vengo trabajando un doble repertorio, tanto de barítono como de tenor.
¿Con cuáles directores desea volver a trabajar y por qué?
Con el maestro Giancarlo de Mónaco, quien dirigió Simón Boccanegra en el Teatro Real de Madrid, y luego tuve el privilegio de trabajar con él montando Malatesta en la ESMRS. Así mismo, con el maestro Marcelo Ayub, pianista y director del Teatro Colón de Argentina, con quien pude actuar de manera asertiva y con un gran respeto, mientras preparaba mi debut como Dandini en la ópera La Cenerentola, la producción se hizo con Prolírica de Antioquia.
¿En cuál se siente más a gusto: ópera o zarzuela?
Sin duda alguna yo soy un zarzuelero de corazón, siempre me he identificado más con este género porque, primero, soy un barítono agudo, lo que llamaron barítono Martín en Francia, un baritenor o un barítono muy ligero; algunos le denominan también barítono Kavalier, y pues la zarzuela está escrita para ese tipo de voces, lo que en una época mencionaban como tenores cortos, y mi tesitura realmente es esa, la de un tenor con ciertas limitantes en los graves o un barítono con extraordinarias cualidades agudas. En la ópera, por ejemplo, me gusta mucho abordar lo que son papeles más dramáticos de tenor, pero nunca va a dejar de ser prioridad para mí la zarzuela en sus roles más agudos. Y bueno, también en óperas para Barítonos ligeros como El barbero de Sevilla, y otros roles como Malatesta, que necesitan de agilidades y ligereza en la voz, son siempre mi caballito de batalla. La zarzuela, además, tiene el plus de que se canta en nuestro idioma, que es el castellano.
¿Qué proyectos hay con su incursión en el repertorio popular y por qué decide explorar este mercado?
Desde que trabajé en La voz Colombia, y tras la sugerencia del maestro Plácido Domingo, considero que realmente en estos países emergentes debemos motivar a la audiencia, crear públicos, y por medio de las propuestas populares veo que existe una mayor repercusión por su alcance masivo. Así mismo, puedo ver que en la industria musical hay espacio para todos, y que se necesita valentía y echarle ganas para hacer las cosas, así el público disfruta y va teniendo una cercanía con este tipo de voces, con estos géneros un poco más académicos y a los que les ponen mil apodos y, sin pretenderlo, se marca una enorme distancia con los artistas. El objetivo es acercar a la gente, pues finalmente todas las manifestaciones artísticas van dirigidas al público, por lo mismo creo que es un gran error afirmar que lo popular es música para el pueblo, pues si damos una mirada por el retrovisor, vemos que, a lo largo de la historia, las óperas fueron creadas para el pueblo.
¿Cuál idioma refleja mejor las bondades del bel canto? Y ¿Cuál idioma es su preferido para cantar?
Para mí el idioma que refleja mejor el bel canto es el italiano, y no es para menos siendo el idioma con el que nace la ópera. Además, por ser una lengua que posee una melodía rítmica maravillosa que enriquece y favorece la parte vocal. Pero también cabe rescatar que pasa lo mismo con las lenguas latinas, y es por eso que me encanta la zarzuela que se canta en castellano, porque creo que se puede acercar mucho al público y, en específico, al colombiano que poco a poco va dejando de ser un público neófito.
“En el género popular he alternado con artistas muy queridos como Mauro Castillo, Patricia del Valle, e Iván y sus Bam Band, como coach de Caracol. También hemos coincidido con Pipe Bueno, con Giovanni Ayala, y con un sin número de artistas que también dejan en alto nuestra bandera”.
“Me gradué como músico cantante de la Universidad Nacional y, posteriormente, estudié tres cursos de Perfeccionamiento y Postgrado musical en el Conservatorio Liceu de Barcelona, y dos Cursos de Alta Formación Musical en la Escuela Reina Sofía de Madrid, disfrutando de becas de la Fundación Carolina, la Fundación Albeniz, la AAOS y la Orquesta Filarmónica de Bogotá”.
CON LOS MÁS GRANDES
“He trabajado con intermezzo en producciones con gente muy famosa como Placido Domingo, Angela Giorgio, Giovanni Furlanetto, Marcello Giordani (q.e.p.d.). También he coincidido con Juan Diego Flórez, Giancarlo del Mónaco, con el director musical Antoni Ros Marbá, con el coreógrafo Thierry Niang. En Colombia, con Jimmy Rangel, con figuras de renombre como Reri Grist, con Helen Donath, con Trish Mccaffrey; con compatriotas del nivel del maestro Manuel Contreras, de la maestra Martha Senn, Valeriano Lanchas. Con un sinnúmero de artistas como el danés Bo Skovhus, que para mí ha sido la voz más rara que he escuchado y es considerado el mejor Conde Danilo de La viuda alegre, en el mundo. Fue algo maravilloso tenerlo de cerca en Los Maestros Cantores de Nüremberg, en el Teatro Liceo de Barcelona.
La experiencia con Montserrat Caballé fue muy enriquecedora pues ella fue un ícono del género, y más desde que cantó con Freddie Mercury, en el año 92, en los Juegos Olímpicos de Barcelona.
Además, estudié en el Reina Sofía de España con el maestro Tom Krause (q.e.p.d.); en el Liceu de Barcelona con el maestro Enric Serra (q.e.p.d.); con Pau Casan, quien era el repertorista. También recuerdo cuando coincidí con el mejor pianista del mundo, Lang Lang. Conocí también a los Reyes de España, la Reina Sofía y el actual Rey Felipe VI; al reconocido barítono Leo Nucci, en el Teatro Real de Madrid.
Es largo el listado de personalidades y realmente es lamentable no poder mencionarlos a todos, y lo digo porque siempre he tratado de ser muy agradecido. Cómo olvidar a maestras que son instituciones como Elsa Gutiérrez, María Pardo, Carmiña Gallo (q.e.p.d.), o el gran maestro de maestros Jaime Manzur (q.e.p.d.), quien además de ser mi mentor en la zarzuela fue un padre espiritual como él mismo decía; fue mi padrino de matrimonio y, sobre todo, un gran amigo”.
TRITTICO Y SU REPERTORIO POPULAR
El barítono y tenor colombiano Sidney Jiménez hizo realidad su sueño y su gusto por el género ranchero al grabar su primera producción musical titulada “A México”. Posteriormente, en tiempos pandémicos, presentó “Amor, vida de mi vida” y con un video novedoso en tiempos de WhatsApp ilustrativo y didáctico creó lo que denominaron Zarzuela Pop. Ahora se reinventa lanzando TRITTICO, una historia en 3 videos que nos hace recordar los cuadros del Bosco del siglo XVI. Narra los episodios psicológicos de un hombre que ha idealizado a una mujer, a la que siempre compara con su compañera de vida. Son composiciones del fallecido y célebre músico Nelson Díaz, director de Los 50 de Joselito, con arreglos de Kike Purizaga, pianista y productor peruano, ganador del premio Grammy Latino en 2019. El arreglo de Por Amor es del maestro Omar Scarpetta, director del Mariachi Real Scarpetta.
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