Proteger la piel de los niños en vacaciones: una clave para el tratamiento de la psoriasis pediátrica
Aproximadamente uno de cada tres casos de psoriasis aparece durante la infancia.
Las lesiones en la infancia son de menor tamaño, más delgadas y menos descamativas, lo que puede dificultar un diagnóstico temprano.
La exposición prolongada al agua, sol y demás factores infecciosos podría terminar en la aparición de nuevas lesiones en áreas donde no existían previamente.
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, que se caracteriza por la proliferación exagerada de células de la piel como respuesta a la activación del sistema en regiones cutáneas focales, derivando en una erupción con manchas rojas y escamosas que pican.
El riesgo de padecer esta afección está presente tanto en adultos como en niños. Aunque es mucho menos frecuente, la psoriasis pediátrica corresponde a aproximadamente 1 de cada 3 casos en el mundo[1]. La complicación en estos casos radica en que, cuando la psoriasis se presenta en la infancia, suele ser menos evidente.
¿Cómo se diagnostica?
La psoriasis tiende a presentarse de una forma reconocible para los médicos dermatólogos, como placas en la piel de color rojo descamativas, con bordes bien delimitados y relieves que destacan en las zonas más comunes: rodillas, codos, tronco y cuero cabelludo[2]. En algunos casos, estas señales no son muy evidentes y puede confundirse con otras afecciones de la piel.
Entre los signos y síntomas comunes de la psoriasis se incluyen las erupciones irregulares, las que varían en color, pequeños puntos escamados (que son más comunes en niños), piel agrietada y seca que puede sangrar, picazón o ardor e irritación y erupciones cíclicas, que aparecen durante semanas o meses y luego se van.
¿Qué la desencadena?
De acuerdo con los expertos, hay muchas personas que tienen una predisposición a la psoriasis, pero no presentan síntomas durante años hasta que esta se activa por algún factor externo.
Entre los desencadenantes más frecuentes que han sido reconocidos están[3]:
- Las infecciones, como amigdalitis estreptocócica o infecciones en la piel
- El tiempo, especialmente el frío y la sequedad
- Las lesiones en la piel, como un corte o una raspadura, una picadura de insecto o una quemadura grave por el sol
Uno de los factores de riesgo que más influye en la presencia de psoriasis pediátrica tiene relación con la herencia, y se incrementa en el caso de padres con diagnóstico de la enfermedad.
La psoriasis en placas y en gotas son las dos formas clínicas más frecuentes de esta enfermedad, que se caracteriza por estas placas rojas bien delimitadas y resecas en la piel[4].
No obstante, los expertos han encontrado que esta enfermedad tiene ciertas peculiaridades en la infancia que deberían tenerse en cuenta a la hora de tratarla[5]:
- Suele afectar mayoritariamente la cara, pliegues de los codos, axilas, rodillas y la zona del pañal, donde la descamación puede ser casi imperceptible.
- Típicamente se presentan lesiones en forma de anillos, y pueden aparecer después de algún golpe, quemadura o irritación.
- Es poco frecuente que se dé la psoriasis en uñas, sobre todo cuando se diagnostica en niños pequeños.
- Las lesiones en la infancia suelen ser de menor tamaño, más delgadas y menos descamativas.
Los brotes agudos en la infancia y adolescencia asociados a infecciones de vías respiratorias altas pueden no continuar en el adulto[6].
¿Por qué proteger la piel en vacaciones?
Aunque no se conocen a ciencia cierta las causas de la psoriasis, se cree que tanto la genética como los factores ambientales juegan un papel fundamental[7].
La temporada vacacional se caracteriza por actividades al aire libre que podrían exponer a niños y adultos a los rayos del sol o el agua por mucho tiempo, lo que de por sí puede representar un peligro para la salud de la piel, y cuando existe una condición predeterminante como la psoriasis puede ser fatal.
De hecho, la exposición prolongada al agua, sol y demás factores infecciosos podría terminar desencadenando en la aparición de nuevas lesiones psoriásicas en áreas donde no existían previamente, lo que se conoce como el fenómeno de Koebner[8].
En ese sentido, proteger la piel de los más pequeños, sobre todo cuando tienen un diagnóstico (o sospecha) de psoriasis, es fundamental para prevenir quemaduras que empeoren los síntomas que estén presentes en la piel del menor.
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[1] https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/psoriasis/symptoms-causes/syc-20355840
[2] https://www.cdc.gov/psoriasis/index.htm
[3] https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/psoriasis/symptoms-causes/syc-20355840
[4] https://www.pediatriaintegral.es/publicacion-2016-05/psoriasis-en-la-infancia-y-adolescencia/
[5] https://www.pediatriaintegral.es/publicacion-2016-05/psoriasis-en-la-infancia-y-adolescencia/
[6] https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/psoriasis
[7] https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/psoriasis/symptoms-causes/syc-20355840
[8] http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1851-300X2011000300005
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