LILIA MARÍA MÉNDEZ COLORADO: SE VALE SOÑAR

Esta mujer, valiente y guerrera, logró hacer realidad su anhelo de convertirse en una exitosa empresaria. Llegó a Bogotá a los 14 años, trabajó limpiando casas, y hoy es la presidenta y fundadora de la Asociación Gremial de Recicladores Ora Marianis, con presencia en varias ciudades del país.

LILIA MARÍA MÉNDEZ COLORADO, fundadora de la Asociación Gremial de Recicladores Ora Marianis ESP.

FOTOS ANDRÉS REINA

Fiel a su origen humilde, sigue siendo una mujer auténtica y su historia, sin duda, inspirará a muchos. “Nací en Vianí, Cundinamarca, el 11 de abril del año 68; mi infancia y parte de mi adolescencia la viví en Chaguaní; a los 14 años decidí trasladarme a Bogotá. Solo estudié hasta quinto de primaria porque muy pronto empecé a trabajar, primero en casas de familia, luego vendí tintos en el centro de Bogotá y dulces en los buses. Gracias a mi tío José Méndez aprendí el oficio del reciclaje hace ya 21 años. Mi sueño más grande cuando empecé era tener mi casa propia para darle abrigo a mi familia; actualmente tengo 7 hijos y 10 nietos, y esta labor ellos también la aprendieron como parte de su herencia. Sin las manos de ayuda de mis hijos no hubiera podido lograr establecerme en la actividad del reciclaje”, confiesa Lilia María Méndez Colorado, con un dejo de nostalgia, mientras un brillo esperanzador ilumina sus ojos.

¿Cómo es la mujer detrás de la gran empresaria?

Soy una mujer soñadora, con ganas de aprender día a día de todas las personas que Dios pone en mi camino; soy fiel creyente y considero que, gracias a esa fe, he logrado cosas que tal vez jamás hubiera imaginado. Me gusta viajar, conocer mi país, y en cada rincón donde exista la posibilidad de llegar, ahí estaré. Mi día comienza a las 5 de la mañana con un tintico, me arreglo, y a las 6 de la mañana empiezo a impartir instrucciones para la realización de las múltiples actividades en cada jornada. Soy la responsable de supervisar que los trabajos se estén llevando a cabo en debida forma, y así se desarrolla mi rutina de lunes a sábado. Mi anhelo más grande es ser reconocida como la mejor empresaria en este gremio, ya que es menospreciado y a muchos se les olvida que somos personas, seres humanos que buscamos trabajar y producir de la manera correcta. Este en un camino que no tiene final, porque debemos ser conscientes de que siempre habrá residuos mientras existamos los humanos. Aprendí este oficio por la necesidad, pero hoy lo hago con el anhelo de que un día todos seamos conscientes de nuestra realidad ambiental.

¿Cómo el sueño se fue haciendo realidad?

Sinceramente no me preparé para ponerlo en marcha, la vida me mandó de cabeza a una actividad de la que ya llevaba tiempo conociendo con la clasificación de los materiales. Un día, mis hijos y yo debíamos relacionar en una planilla los materiales que se recolectaban de las calles; no se podía todos los días recoger material, sin embargo, la persona encargada del planillaje cobraba sesenta mil pesos diarios; era una situación insostenible, más aún por la humillación que recibíamos por no poder cumplir con todo el proceso. Fue justo en ese momento en el que me pregunté: “si esa persona puede tener la empresa que tiene, porque yo no?”, y ahí decidí montar mi propia empresa. La odisea la empecé en el 2016, y lo nombro de esta forma porque encontré muchas personas que solo se aprovecharon de mi desconocimiento y mi necesidad, esto desencadenó varios tropiezos, entre ellos, la elaboración de los documentos legales para la constitución de la Asociación. Se burlaron de mí diciéndome que yo no podía y esto fue muy desilusionante. Un día, conversando con una persona, le comenté mi situación y este hombre me dijo: “usted ya tiene una empresa, siga adelante, yo le ayudo a sacar el resto de los documentos, pero no se deje vencer, solo hagámoslo”. Le seguí la corriente aún con mucha incredulidad, pues ya había pasado un año y no había logrado nada. Como ocho meses después de que mi amigo se pusiera al frente de todo, por fin vi los frutos de ese trabajo, fui la mujer mas agradecida con ese hombre que creyó en mí y en mi proceso, empezamos realizando las adecuaciones pertinentes, y cada año fuimos constituyéndonos con más fuerza en el sector de Bosa, hasta alcanzar presencia a nivel nacional.

Lilia Méndez Colorado

¿Cuáles son las principales necesidades de su gremio?

Un montón, hay que entender que la pobreza no solo la manifestamos por el no tener capacidad económica, si no por el desconocimiento de tantas cosas que nos ayudarían a mejorar aún más. Una gran necesidad es que las personas en sus hogares, empresas o negocios, realicen la clasificación de sus residuos. Otra de las necesidades mas apremiantes es la ayuda psicosocial para que cada uno pueda conducir su vida de la mejor manera. El reconocimiento económico en la compra de los materiales reciclables fue un gran avance, sin embargo, la lucha que nos atañe hoy es generar una ley que reconozca la labor del reciclador, sin el temor de que un día ya no contemos más con ese apoyo.

¿Qué tanto sabemos los colombianos de reciclaje y reutilización de residuos?

Muy poco, existe el desconocimiento o falta la voluntad para efectuar una acertada separación de residuos. Debemos ser conscientes de que el relleno sanitario Doña Juana, tiene su vida útil contada, y no podemos esperar a que desemboque en una crisis para tomar acciones al respecto. Si las personas desde sus hogares identifican lo que se debe reciclar, disminuiría la cantidad de residuos al relleno sanitario y aumentaría los materiales al reciclador y, por ende, a la industria que se beneficia con esta materia prima.

¿Cuáles son los principales reconocimientos que ha recibido por su labor?

Hasta el momento no he tenido ninguna clase de reconocimiento por el trabajo al frente de la Asociación, insisto en que cada vez que se habla de reciclaje es como si fuera un castigo y no un proceso de aprendizaje y ayuda, tanto económica como ambiental, que nos beneficia a todos.