El amor es la respuesta

Nos sentimos tan abrumados y ansiosos con todo lo que está sucediendo, que perdemos de vista lo fundamental. El encierro, los problemas sociales, la corrupción, el desempleo, las noticias negativas de cada día, tantas personas que han partido de este mundo víctimas del virus… en fin, es un panorama desalentador y no podemos dejarnos llevar por el pesimismo, el desaliento y la preocupación. Debemos sobreponernos y seguir avanzando. Pensando en todo esto, compartimos esta enseñanza de Joyce Meyer, que nos invita a llenarnos de amor para sobrellevar y manejar todo cuanto sucede a nuestro alrededor.

El amor es la respuesta a todos los problemas del mundo. Aprender cómo confiar en Dios y amar a las personas puede brindarte grandes recompensas. La Biblia dice que en los últimos días el engaño que vendrá sobre la tierra será tan grande, que, si Dios no acorta ese tiempo por causa de los elegidos, ningún hombre podrá resistir el engaño que vendrá sobre la tierra. Son días extremadamente peligrosos, pero si estamos en las manos de Dios no debemos sentir miedo de salir a vivir la vida. Deuteronomio 28:7. “El enemigo vendrá por un camino y huirá por siete caminos, si sabemos cómo enfrentarlo correctamente”. Mateo 24:4-8. “Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores”. No podemos asumir que estamos por encima del engaño porque no es así, por eso la Biblia nos dice que “velemos, oremos, vigilemos…, que estemos alerta y en guardia”.

Mateo 24:9-10. “Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán”.

Hay tanto odio, contienda, juicio, crítica, resentimiento, amargura… La unción solo habita donde hay paz y unidad. La presencia de Dios en nuestra vida nos guiará, nos mostrará el camino. Si aún nos enojamos con las personas y nos quedamos en ese estado, debemos entender, asimilar y practicar, la importancia de perdonar al otro, sin importar el tamaño de la ofensa que recibimos. Nadie nos ha maltratado más de lo que cada uno de nosotros ha maltratado a Dios, y Él nos perdona una, y otra, y otra, y otra vez… Y todo lo que Él nos da, espera que lo demos a los demás.

El odio, el enojo y el rechazo son de los problemas más graves que tenemos en el mundo; ataques por el color de la piel, por las creencias religiosas, por la política. Debemos resistirnos a estos sentimientos porque cuando nos ofendemos caemos en las manos del enemigo.

El amor de la mayoría de las personas se enfriará porque se enredarán en los problemas y en la maldad del mundo. El amor es la forma más alta de guerra espiritual. La única manera de vencer el mal es haciendo el bien, amando a la gente, dando, ayudando, sirviendo.

Mateo 16:24. “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”.

Si nos olvidamos de nosotros mismos y servimos a Dios al servir a otros, Él entrará y cuidará de nosotros. El gozo no viene por obtener lo que cada uno quiere, viene al dar, ayudar y servir a los demás. No podemos seguir siendo egoístas, pensando solo en lo que nos interesa a cada uno. El amor cambia vidas. Seamos luz en la oscuridad de otros, dejemos que nuestras vidas toquen a otras personas, dejemos de pensar en nosotros, busquemos ayudar a otros y Dios hará su buena obra en nuestras vidas.