30 enfermedades que se pueden prevenir con la vacunación
La ciencia nos ha otorgado un superpoder invaluable: la vacunación, la cual sigue siendo una de las intervenciones de salud pública más costo-efectivas y poderosas, capaz de reducir significativamente la mortalidad y la incidencia de enfermedades inmunoprevenibles a lo largo de toda la vida.
Bogotá, 14 de enero de 2025. En un contexto en el que proteger la salud de las comunidades es una prioridad, Yinandi Ordoñez Gómez, enfermera especialista y Coordinadora de Vacunación en los Centros Médicos Colsanitas, resalta la importancia de cumplir con los esquemas de vacunación para prevenir hasta 30 enfermedades graves, incluyendo sarampión, fiebre amarilla, tosferina, hepatitis B, herpes zóster y dengue.
“La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que la vacunación es esencial para la salud pública, creando un «escudo protector» que beneficia a toda la comunidad. Cuando más personas completan sus esquemas, se evita la propagación de enfermedades y se generan entornos más seguros para todos” indica Ordoñez.
El esquema de vacunación de las personas comienza desde el momento del nacimiento, continuando con aplicaciones programadas a los 2, 4, 6 y 12 meses, además de refuerzos a los 18 meses y 5 años. Este esquema protege a los niños de enfermedades graves, mientras que vacunas específicas como las del VPH se administran a partir de los 9 años, y la vacuna contra el tétanos y la difteria se aplica a mujeres entre 10 y 49 años. Para las mujeres embarazadas, la vacunación no solo ofrece protección personal, sino que también resguarda a sus bebés durante sus primeras semanas de vida.
Los adultos también requieren protección. Vacunas como las de la influenza, dPaT y COVID-19 son clave para las gestantes, mientras que las personas mayores de 60 años se benefician de vacunas contra la influenza estacional. Además, vacunas complementarias contra el dengue, herpes zóster, meningococo y VPH están disponibles para diversos grupos de edad y condiciones específicas de salud.
“Antes de su aprobación, las vacunas pasan por rigurosos estudios que pueden durar más de 10 años, garantizando su seguridad y efectividad. Aunque es común experimentar efectos secundarios leves, como dolor en el sitio de aplicación o fiebre, estos son pasajeros y no representan riesgos graves” comentó Ordoñez.
Existen diferentes mitos comunes sobre las vacunas, como la creencia de que pueden causar enfermedades o autismo, estas ideas carecen de base científica, sin embargo, no completar un esquema de vacunación aumenta el riesgo de enfermar y sufrir complicaciones graves, como hospitalizaciones e incluso la muerte. Cumplir con los refuerzos y las dosis recomendadas asegura una protección más duradera y efectiva. Una educación clara y accesible por parte del personal de salud es clave para abordar dudas y temores de manera empática y efectiva.
“La vacunación es un regalo para toda la familia y una oportunidad para crecer en un entorno saludable. Proteger a los más pequeños y garantizar una calidad de vida en adultos mayores refuerza nuestros lazos familiares y asegura más momentos felices juntos,” concluyó Ordoñez.
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