El intestino es tu segundo cerebro. ¿Cómo lo cuidas?
Me sorprende la cantidad de personas que me escriben diciendo que no se sienten bien, pero no saben exactamente por qué. Algunos hablan de débiles, otras de un cansancio que no se quita, de sentirse desconectados de su cuerpo. Y aunque muchas buscan respuestas en las hormonas, en la dieta o en el estrés, pocas se detuvieron a mirar un punto clave que lo cambia todo: el intestino.
POR ARIANA ALTUVE*
La salud intestinal no es una tendencia en el bienestar. Es uno de los sistemas más complejos y subestimados del cuerpo. Tu intestino tiene más neuronas que la médula espinal. De hecho, está tan conectado con la mente que ya se conoce como el “segundo cerebro”. Y no es una metáfora: el intestino produce más del 90% de la serotonina del cuerpo (sí, la hormona de la felicidad), regula el sistema inmune, controla la inflamación y tiene una relación directa con tu sistema hormonal.
Si el intestino no está bien, es muy probable que tú tampoco lo estés del todo. Por fuera podrás verte perfecta, pero por dentro algo se siente apagado, estancado, fuera de ritmo.
Y no lo digo solo por teoría. En mi propio proceso, entendí que por más rutinas, suplementos o hábitos saludables que tuviera, si mi intestino no estaba en equilibrio, todo lo demás se sentía forzado. Empecé a conectar los puntos: antojos intensos, dolor inexplicable, fatiga, ansiedad sin causa, acné hormonal. Todo estaba relacionado.
El “instinto” es real. Lo que sentimos en el estómago —esa intuición, esa incomodidad, esa pesadez— no es casualidad. Es el cuerpo intentando hablarte desde el lugar donde todo empieza.
Lo que no sabías sobre tu intestino:
- Tiene más de 500 millones de neuronas.
- Se comunica constantemente con el cerebro a través del nervio vago, modulando emociones y respuestas de estrés.
- Una microbiota desequilibrada puede afectar desde el estado de ánimo hasta la resistencia a la insulina y la salud hormonal.
- El intestino regula el estrógeno y puede interferir directamente en síntomas como acné, ansiedad, cambios de humor o ciclos irregulares.
- Un intestino inflamado impide la correcta absorción de nutrientes, lo que genera un efecto dominó en todo el cuerpo.
Por eso, cuando alguien me dice: “No sé qué me pasa, no me siento yo”, mi primera pregunta siempre es ¿cómo está tu salud intestinal?
¿Por dónde empezar?
Sanar el intestino no es hacer una dieta extrema, sino volver a lo básico: comer alimentos reales, sin ultraprocesados; incorporar fermentados como kéfir o chucrut; usar suplementos como colágeno, glutamina o calcio de huesos y apoyarse en probióticos de calidad; pero también en hábitos diarios para manejar el estrés, dormir bien y moverse con intención.
El intestino necesita espacio, descanso y atención. Si no estás durmiendo bien, si sientes que tu energía está por el suelo, si tus emociones están desordenadas o tu piel no mejora por más rutinas que sigas, quizás la respuesta no está afuera, sino adentro.
* Ariana Altuve es coach holística de salud y creadora de contenidos. Lidera proyectos de bienestar y estilo de vida, para que otras mujeres entiendan que no están solas. IG: @arianaaltuve
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